El sistema es sencillo. Se tomaban dos varas de madera exactamente iguales en cuanto a su grosor. Para escribir el mensaje secreto se enrollaba una tela en la vara y se escribía el mensaje encima de dicha tela. Al desenrollarlo, el texto no era legible y de hecho, si se capturaba el trozo de tela, seguramente se intentaría leer como un “texto continuo” y no se entendería nada. Únicamente enrollando la tela en la otra vara, del mismo grosor que la primera, las letras volvía a quedar colocadas de tal forma que el mensaje podía ser leído sin problemas.
Las varas en las que se basa el sistema son las “scitalas” y de ahí el nombre del método. Si un general en la batalla tomaba una vara y dejaba otra en la ciudad, la comunicación entre el primero y la segunda era “segura”.
Con dos bolígrafos bic y una tira de papel pueden ustedes probar a elaborar su propio cifrado con scitala. Enrollen la tira de papel alrededor del bolígrafo como si estuvieran enrollando un hilo en una peonza. Una vez hecho esto, escriban a lo largo del bolígrafo el texto a ocultar y desenrollen el papel. Ahí lo tienen.
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