Las imágenes y la música enviadas al espacio en la sondas Voyager

Las imágenes y la música enviadas al espacio en la sondas Voyager

Las sondas Voyager se lanzaron hacia el espacio en el año 1977, con unos pocos días de diferencia. El objetivo primario era estudiar Júpiter y Saturno, y una vez pasados esos puntos seguirían viajando hasta quién sabe dónde, y enviando información durante un tiempo. Aunque la misión tenía un horizonte de 5 años, todavía hoy sigue viva en cierta forma y estas sondas han sido los primeros, y de momento únicos, objetos humanos en alcanzar el espacio interestelar. De esta forma, las imágenes y la música enviadas al espacio en la sondas Voyager ya han llegado más lejos que cualquier otra creación humana.

Curiosamente, la Voyager 2 se lanzó unos días antes que la Voyager 1. Esta última salió de Cabo Cañaveral el 5 de septiembre de 1977, y la Voyager 2 había comenzado su misión el 20 de agosto.

Las sondas llevan un disco de oro con una selección de la cultura y la civilización humanas. La pretensión de esta cápsula del tiempo es que ayude a comprender lo que hay en la Tierrra a aquel que se lo encuentre. Quizás acaben viendo el disco los humanos de dentro de unos cuantos miles de años, quién sabe. Además de unas instrucciones básicas para poder reproducirlo o capturar su contenido, los discos indican en la cubierta la posición del Sol con respecto a 14 púlsares, a los que se identifica a su vez por su frecuencia. El comité que decidió qué incluir en ellos y qué dejar fuera, en tierra, estaba presidido por Carl Sagan y formado por gente de la NASA y de la Universidad de Cornell. Son de 30 centímetros de diámetro y están bañados en oro.

Las imágenes y la música enviadas al espacio en la sondas Voyager tienen rock, sinfonías, animales, anatomía y muchos saludos

En el contenido del disco hay música, sonidos, imágenes, algún mensaje y saludos. Estos están en 55 idiomas, incluyendo sumerio, griego antiguo y acadio. En español se dice: “Hola y saludos a todos”.

Entre los sonidos hay ladridos de perro, sonidos de otros animales, trenes, besos, viento, niños… Esto es una representación de la vida en la tierra, pero la música es una muestra de nuestra capacidad creadora. Están grabados el primer movimiento del Concierto de Brandenburgo n.º 2 en fa mayor de Bach, el tema Johnny B. Goode de Chuck Berry, el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven o un tema de Louis Armstrong. Pero también hay música de otras partes del planeta, como China, India o Zaire.

Entre las 115 imágenes del disco hay representaciones de definiciones matemáticas, fotos de planetas del Sistema Solar, de la anatomía humana, de nuestra reproducción, de la naturaleza, de animales, un supermercado, niños con un globo terráqueo, casas…

El disco también tiene una sección dedicada a las ondas cerebrales. Dado que no se sabe qué seres podrán encontrar este disco, en la remota posibilidad de que se encuentre, y cuál será su tecnología, se pensó que esta información también podría ser representativa de nuestra capacidad. El cerebro que se registró fue el de Ann Druyan, una activista y escritora estadounidense, que en 1981 se casaría con Carl Sagan.

La verdad es que me parece muy complicado hacer una selección representativa de nosotros, nuestra capacidad de creación, la civilización, la naturaleza, nuestra posición en el espacio. Sin duda, Carl Sagan y el resto tuvieron un trabajo interesante. Lo malo es que, supongo, lo más probable es que haya sido inútil en realidad y nadie acabe accediendo al disco.

2 comentarios en “Las imágenes y la música enviadas al espacio en la sondas Voyager”

  1. Y tal vez sea lo mejor; que nadie tenga acceso al disco. No sabemos que intenciones pudiere tener otra civilización, muy probablemente más adelantada que la nuestra.

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