He leído estos días el libro Aguirre, el magnífico (afiliado), escrito por Manuel Vicent. Un libro que he disfrutado mucho, no solo por el tema, sino principalmente por la época, entre los años 70 y 80, y por cómo escribe el autor. El tema es una biografía, muy particular, de Jesús Aguirre, duque de Alba tras casarse con la famosa Cayetana de Alba, y también editor, académico, sacerdote y otras muchas cosas. En esas páginas me he enterado de que Fraga disparó a la hija de Franco en las posaderas.
Manuel Fraga Iribarne fue un político importante durante muchos años. Décadas. Fue presidente y fundador del Partido Popular, presidente de la Junta de Galicia, vicepresidente del gobierno de España, y antes de todo esto, ministro de Información y Turismo en el gobierno franquista. Esto último entre 1962 y 1969. Fue justo en esta época de ministro cuando tuvo lugar el incidente. El de la hija de Franco, digo, porque si uno lee incidente y Fraga, automáticamente piensa en el tema de las bombas de Palomares.
Fraga disparó a la hija de Franco en las posaderas durante un ojeo de perdices en 1964
Franco era aficionado a la caza, casi adicto, y no era raro que se rodeara de algunos de sus allegados en las monterías y jornadas cinegéticas. En una de estas jornadas, el 1 de febrero de 1964, estaban de ojeo en Mudela, Ciudad Real, algunos próceres franquistas, encabezados por el propio dictador. Su hija, Carmen Franco y Polo, que tenía entonces 37 años, también participaba en el evento, lo mismo que Fraga, que además había sido invitado por primera vez.
La mujer estaba entre Franco y Fraga, disparando a las aves que iban levantando el vuelo azuzadas por los que tenían una labor menos lúdica en la caza, los que estaban trabajando. En un disparo mal dado por Fraga los perdigones que salieron del cartucho de la escopeta del ministro fueron a parar a salva sea la parte de la espalda baja de la hija de Franco. Vamos, que le disparó en el culo, vaya. Andaban a perdices y por lo tanto la munición, a cierta distancia, no era letal. Así que a pesar de los desperfectos en las nalgas, la sangre y los gritos, la cosa no fue grave. En cualquier caso, había un médico cerca y se hizo cargo del problema.
Franco no tomó represalias contra Fraga y lo salvó todo con un comentario casi jocoso
Mientras la pobre mujer iba en una ambulancia camino del hospital con el culo dolorido, su padre, Franco, comentó algo así como que el que no supiera disparar que no fuera, según cuenta Jaime Peñafiel en un libro. Más de uno hubiera arruinado su carrera y hasta su vida por un hecho similar, pero lo cierto es que Fraga salió ileso del día de caza. Es más, en su biografía dice Fraga que fueron con él muy amables en el apuro lógico del momento. Al fin y al cabo la culpa fue de una perdiz que en vuelo raso llevó la mira del arma del ministro hasta Carmencita.
No me digan ustedes que esto no parece sacado de una película de Berlanga, de una Escopeta Nacional. Basta inventarse que Fraga llevaba un abrigo de tipo austrohúngaro para que todo encaje en el mundo berlanguiano. Eso sí, le vemos el lado cómico ahora porque no fue a mayores, pero pudo haber sido una tragedia, que no sería la primera de este tipo
¿o quiso suprimir a la principal competidora por una eventual sucesión de El Caudillo; como hizo el rey emérito con su hermano?
Joaquín, no creo que ese fuera el caso, ni mucho menos.