Charles Chaplin dirigió y protagonizó la película El gran dictador en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, aunque se estrenó en 1940, con el conflicto en marcha. A pesar de hacerlo en forma de comedia, Chaplin ataca en su trabajo al nazismo, al fascismo y a las dictaduras en general. El actor interpreta tanto al dictador como a un judío que es perseguido, y la parodia de Hitler no puede ser más obvia y directa. Se adelantó a muchas cuestiones y sin duda es una obra esencial de la historia del cine, y también de la historia sin más apellidos.
Cuando se estrenó El gran dictador, Estados Unidos todavía no había entrado en la guerra, y, de hecho, Chaplin comenzó a preparar la obra mucho antes del comienzo del conflicto, como decíamos. Cuando se comenzó a hablar públicamente de ella y a conocer su argumento, Reino Unido estaba todavía seguro del éxito de su política de apaciguamiento y comentó que prohibiría su proyección, como señal de buena voluntad con Alemania. En el momento del estreno, Reino Unido y Alemania ya estaban en guerra y el apaciguamiento se había mostrado inútil. Por supuesto, en Alemania no se podía ver en los cines, pero sí esto no quiere decir que la cúpula nazi no pudiera hacerse con alguna copia.
Un ex-trabajador del Ministerio de Cultura alemán aseguró que Hitler la vio a solas, dos veces
Hay cierta curiosidad por saber si vio Hitler la película El gran dictador, y también qué opinaba de ella. Pero la respuesta a esa pregunta presenta cierta controversia. Según un hombre que trabajó en el Ministerio de Cultura alemán en aquel tiempo y que huyó de Alemania, Hitler había visto la cinta en privado. La vio una noche y repitió al día siguiente. Es decir, Hitler vio El gran dictador dos noches consecutivas. ¿Le gustó? Quién sabe. Quizás la vio dos veces porque sí le gustó, o lo hizo por otra razón, por curiosidad malsana. O por aprender. O porque se quedó dormido la primera noche.
Se dice que en una ocasión le comentaron este hecho a Chaplin, que Hitler había visto la película en la que él parodiaba al líder nazi con tanto acierto. La respuesta del actor fue: daría cualquier cosa por saber qué pensó de ella.
Por otra parte, Albert Speer, el conocido como arquitecto de Hitler y uno de los hombres del círculo más cercano a Hitler, aseguró que este nunca la había visto. Speer vivió hasta 1981, por lo que tuvo tiempo de decir muchas cosas, a buen seguro, no todas ellas desinteresadas.
No sería extraño que la hubiera visto, ya que Hitler era aficionado al cine y solía ver películas muchas noches. A veces más de una en un sólo día. A pesar de no hablar otros idiomas, las cintas francesa o estadounidenses también eran proyectadas en su cine particular.
En España El gran dictador no llegó a verse hasta 1976, cuando ya había muerto Franco. Al fin y al cabo, parafraseando el comienzo de Ana Karenina: todos los dictadores se creen únicos, pero en realidad todos se parecen. Y por eso el dictador español era poco partidario de la parodia de Chaplin sobre los de su clase.
