Matemáticas

La censura rusa permitió publicar estudios matemáticos sobre artillería en plena guerra

La censura rusa permitió publicar estudios matemáticos sobre artillería en plena guerra

Andréi Kolmogórov fue un matemático ruso nacido en 1903 y fallecido en 1987. Entre sus ámbitos de investigación estaba el mundo de la estadística, que será lo que nos lleve hoy a hablar de él y de la la Segunda Guerra Mundial. En concreto, sobre la contribución que hizo con sus trabajos a que su país aguantara el ataque alemán. Quizás porque eran muy técnicos, la censura rusa permitió publicar estudios matemáticos sobre artillería en plena guerra, haciéndolos así potencialmente accesibles a todo el mundo. También a los enemigos de Rusia, y eso en pleno pulso contra Alemania.

La censura rusa permitió publicar estudios matemáticos sobre artillería en plena guerra al gran matemático Andréi Kolmogórov, cuyas obras todavía se leen en las academias militares

En 1941 los generales rusos llamaron a Kolmogórov para hacerle algunas consultas. A pesar de su juventud, era todo un referente en el campo matemático y formaba parte de la Academia Rusa de las Ciencias desde 1939. Estaba en Kazán, a donde se había evacuado la propia Academia de las Ciencias, y tuvo que volver a Moscú para ayudar al ejército ruso.

El problema que plantearon a nuestro hombre, simplificándolo mucho, era cómo mejorar el uso de la artillería rusa para que obtener mejores resultados y el máximo rendimiento de cada disparo. Los alemanes estaban a las puertas de Moscú y no iba a pedir permiso para entrar. En palabras llanas, Kolmogórov trató de optimizar la distribución de los disparos de los proyectiles de artillería antiaérea para conseguir el mayor daño posible en el enemigo. También trabajó en la mejor manera de situar barreras aéreas usando globos para obstaculizar los ataques de bombarderos alemanes.

Una de sus propuestas era que, en determinadas situaciones, las baterías antiaéreas dispararan sus proyectiles de manera aleatoria, dispersando los disparos sobre una determinada zona. Esta forma de crear algo similar a cortinas de disparo era más eficaz que apuntar a un avión concreto. La base de los cálculos tomaba en consideración que varias baterías antiaéreas podían seleccionar y atacar al mismo objetivo concreto, en este caso un avión alemán. Eso acabaría generando un peor resultado que esa cortina de disparos aleatorios sin un objetivo concreto.

Es una de esas simples y quizás contra intuitivas que luego se demuestran valiosas. Como las impresionantes pantallas de humo creadas desde aviones.

Pocos meses después, Kolmogórov explicaba los conocimientos relacionados con la artillería a sus alumnos y los publica en revistas

No sólo era una idea ocurrente, esa de dispersar los tiros, sino que detrás tenía todo un razonamiento matemático sólido y concreto. Así lo cuenta Sharon Bertsch McGrayne en su libro La teoría que nunca murió, que tiene la historia del teorema de Bayes como tema central.

En ese otoño del año 1941, Kolmogórov dio un curso sobre dispersión de ráfagas de artillería en la Universidad Estatal de Moscú, siendo obligatorio para los alumnos que desearan especializarse en probabilística. Y a la vez, a mediados de septiembre, envió su teoría y sus explicaciones sobre la mejora de la artillería a una revista científica, con el objetivo, obviamente, de que fuera publicada. No olviden que tan sólo tres meses antes, en junio de ese 1941, había comenzado la operación Barbarroja, esto es, la invasión alemana de la Unión Soviética.

El artículo era tan complejo y tan matemático, podríamos decir, que los censores rusos no comprendieron qué tenían entre manos. No vieron que, igual que Kolmogórov había ayudado a los suyos, podría ayudar a los alemanes a través de aquel artículo, aunque fuera involuntariamente. Así, nadie puso trabas a la publicación y en el año 1942 salían impresas esas teorías y explicaciones. Quedaban por lo tanto a disposición de todo el mundo las ideas de Kolmogórov sobre cómo optimizar el uso de la artillería.

Tras la guerra el matemático ruso siguió trabajando en este ámbito y publico nuevos trabajos matemáticos sobre artillería. Algunos de ellos todavía siguen estudiándose en algunas academias militares.

Ver comentarios

  • Y digo yo que aunque la censura rusa de Rusia no se dio cuenta...¿la censura soviética de la URSS tampoco entendió el artículo?:-)

    • No dejas escapar una, amigo. ¡Qué grande!
      Ni unos ni otros se dieron cuenta. Ni siquiera la parte de los otros que eran los unos. Así era la cosa en aquellos complejos tiempos.
      Gracias, como siempre, y siento el desliz.

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