Casi siempre que hablamos de un pionero o de una persona destacada en el pasado, decimos que era varias cosas, que sus intereses eran variados. Esto es significativo de cómo era el conocimiento entonces, pero también de cómo las personas con diversos campos de conocimiento acaban abriendo nuevos caminos. En el caso de nuestro protagonista de hoy, era militar, pintor, músico, científico e inventor, por lo menos. Pero de todo esto quiero contarles la historia de Jerónimo de Ayanz como el pionero buzo del Imperio Español.
Jerónimo de Ayanz, el pionero buzo del Imperio Español se adelantó siglos a sus colegas de otros países en algunos inventos
Navarro nacido en 1553, sirvió en importantes puestos a Felipe II y participó militarmente en varias campañas. Se casó con una murciana, y vivió un tiempo en Cartagena, donde trabajó en el diseño de las defensas costeras. De extremo a extremo de la península, también estuvo en La Coruña, ocupándose de sus defensas marítimas. En 1597 Felipe II lo nombró administrador general de las minas del reino y esto fue importante en la historia que quiero contarles.
En una inspección minera estuvo cerca de morir por inhalación de gases tóxicos, lo que le llevó a crear métodos para poder respirar con seguridad en las minas, incluso cuando el aire estaba intoxicado. Fue también un pionero en el mundo de las máquinas de vapor, un siglo antes de que el inglés Thomas Savery desarrollara ese uso de la máquina de vapor en la minería, por lo que es famoso y reconocido.
Cerca del cambio de siglo, se trasladó a Madrid y luego a Valladolid, donde comenzó a crear inventos de todo tipo. Entre todas estas cosas, Jerónimo de Ayanz creó en 1602 unos trajes de buzo que le permitían estar bajo el agua todo el tiempo que quisiera. De nuevo, se adelantó mucho tiempo, un par de siglos, a los trajes de buzo que se comenzaron a usar de manera más o menos habitual. Sin duda, lo que había pensado sobre cómo respirar en las minas le sirvió también en este empeño.
En 1602, con el rey presente, se sumergió en el Pisuerga para mostrar la eficacia de su traje de buzo
En agosto de 1602, ya con Felipe III en el trono y estando este presente, en el jardín de la casa vallisoletana de don Antonio de Toledo, se presentó Jerónimo de Ayanz con ese traje de buzo, con escafandra y botas de plomo. El traje era de piel de vaca y dos tubos le permitían respirar. Por uno entraba el aire y por el otro salía. Y así se introdujo en el Pisuerga, donde estuvo sumergido hasta que se cansaron de esperar. El rey, tras casi una hora, pidió que lo sacaran del río, a él o a su cadáver. Salió Jerónimo de Ayanz como si tal cosa ante el asombro de todos los congregados. Este método de buceo fue más allá de aquella prueba, se patentó y se utilizó en 1605 en ultramar para extraer perlas.
Esta es sólo una de las muchas ideas e invenciones de Jerónimo de Ayanz, que también destacó en el campo militar y en las artes. Esta mano para el dibujo le permitió documentar perfectamente sus ideas, y así han llegado hasta nosotros muchos documentos de este tipo. Sus creaciones van desde balanzas de precisión a métodos metalúrgicos, pasando por molinos, bombas hidráulicas e instrumentos de medida. Como decíamos, en varios de los casos adelantándose décadas e incluso años a los inventores en otros países de ingenios semejantes.
Este Da Vinci español también componía canciones que él mismo interpretaba a la vihuela con una formidable voz de bajo.
Gracias, José Gregorio, por el apunte. Debió ser un hombre asombroso, desde luego.