Seguramente el nombre de Leonardo Passafaro no les dirá mucho. Ni siquiera el de Lenny Montana. Pero sí conocerán a Luca Brasi. Los dos primeros son nombres de un hombre real, aunque el segundo nombre, como veremos, ya no es un apodo. El último nombre de los tres, Luca Brasi, pertenece a un personaje de ficción. Pero el hombre real y el de ficción están directamente conectados y se diluyen las diferencias, porque El actor que hizo de Luca Brasi en El Padrino era un mafioso real, un matón. Y ese actor se llamaba Lenny Montana. Bueno, en realidad, se llamaba Leonardo Passafaro.
Por supuesto, antes de nada, si no han visto El Padrino, se están perdiendo algo grande. Y si no han leído El Padrino, la novela de Mario Puzo, también.
El actor que hizo de Luca Brasi en El Padrino era un mafioso real que trabajaba para la familia Colombo
Actores que eran delincuentes antes de ser actores hay muchos. También hay muchos actores que han sido delincuentes después de ser actores, e incluso mientras actuaban. Sin mucho pensar se me ocurre Dany Trejo, que pasó un buen tiempo en la cárcel antes de hacerse actor. O todos los actores del cine quinqui español, que en realidad nunca llegaron a ser actores, salvo contadas excepciones. Eran más bien chicos que se interpretaban a sí mismos.
Volviendo a Passafaro, nació en Nueva York en 1926. Luego creció. Creció lo suficiente como para ser un gigantón forzudo que podía luchar con garantías, y a eso se dedicó. Supongo que ese tipo de lucha que practicaba es lo que la mayoría entendemos como lucha libre. En ese papel de luchador, porque la lucha libre también es interpretación y mentira, usaba otro nombre, Zebra Kid. El cuarto ya asociado a este tipo. Durante unos cuantos años esa fue su ocupación, pero el talento para la lucha y su tamaño lo llevaron a usar también la fuerza fuera del ring de lucha.
Compaginaba este trabajo de luchador con el de guardaespaldas y portero de algún club nocturno. Ya entonces usaba fuera y dentro del ring el apodo de Lenny Montana. Este mundo nocturno fue el paso intermedio antes de que, a finales de los 60, Passafaro comenzara a hacer trabajos como matón para la familia Colombo. Esta era una de las conocidas como cinco familias mafiosas de Nueva York. Las otras cuatro, por si tienen curiosidad, eran Bonanno, Gambino, Genovese y Lucchese.
Se le debía dar bien lo de desfacer entuertos a tortas, y poco a poco fue ganándose un lugar entre los matones fijos de los Colombo. Y no sólo peleaba, si había que prenderle fuego a algo, podían contar con él. Era un experto en provocar incendios allá donde le convenía a sus jefes. Esta vida, como era de esperar, le hizo entrar en la cárcel alguna vez.
Estaba en el rodaje como guardaespaldas de un mafioso cuando llamó la atención de Coppola
Cuando comenzó a rodarse El Padrino, los mafiosos reales se interesaron por el proyecto y presionaron para acercar el ascua a su sardina. De nuevo, la infinita y eterna mezcla entre mundo real y ficticio. Uno de los miembros de la familia Colombo visitó el rodaje acompañado de su guardaespaldas, que no era otro que nuestro Lenny Montana. Aquel porte y el tamaño del tipo llamaron la atención de Coppola y así le acabaron ofreciendo el papel de Luca Brasi. Este aceptó encantado. Bueno, Brasi no aceptó, lo hizo Montana en realidade. Pero son lo mismo. Aceptó porque quería ser actor y de hecho ya se había acercado tímidamente a ese mundo.
¿Recuerdan que al principio de la película Brasi está nervioso porque tiene que hablar con el padrino, con don Vito? Es una escena donde Luca Brasi, en la boda, está esperando a ser recibido y ensaya una y otra vez qué decir. Realidad y ficción de nuevo indisolubles. Brasi estaba nervioso porque no era actor y tenía que actuar, pero Coppola lo sabía y lo aprovechó para la ficción creando un momento en que el personaje estaba nervioso.
Así fue como un matón de la mafia real se convirtió en uno de los matones más famosos de la historia del cine, de la ficción. No tuvo un papel muy largo en la película, eso es cierto, porque ya saben que pronto Luca Brasi durmió con los peces. Pero desde luego fue papel carismático.
No podía ser de otra manera, porque toda la novela «El Padrino» de Mario Puzo está basada en hechos reales; apenas velados con cambios de nombre, pero para el público conocedor las identidades eran transparentes; de allí que la Mafia vigilaba el set para prevenir algún desliz.
Esa novela es una de mis preferidas. He leído casi todo lo de Puzo (si no todo) y leí casi de un tirón El Padrino entre una noche y una mañana.
Sobre la vigilancia en el rodaje, es cierto, con la excusa de velar por la imagen de los italo-americanos, la mafia metió la nariz hasta el fondo.
Un saludo.
Sí, e impdieron que en la película se empleara ni tan sólo una vez la palabra «mafia»
Y la demanda de Sinatra, que buscaba impedir la película, porque él era el actor cornudo y en declive, en ese entonces casado con Ava Gardner, que buscó la ayuda de la Mafia para que le fuera adjudicado el rol protagónico en la película «De aquí a la eternidad», por la cual ganó el Oscar al mejor actor de reparto; la película y el director también ganaron el respectivo Oscar.