Los preservativos históricos de los duques de Béjar

Los preservativos históricos de los duques de Béjar

En Toledo hay un archivo muy interesante, el Archivo Histórico de la Nobleza, a donde van a parar algunos de los archivos de las familias nobles españolas. Archivos llenos de historia e historias, con varios siglos a sus espaldas en la mayoría de los casos. Aunque principalmente hablamos de documentos oficiales, cartas, textos privados o administrativos, también llegan en las cajas otras cosas. Llegan fotos, obras de arte y alguna que otra sorpresa como los preservativos históricos de los duques de Béjar.

Los preservativos históricos de los duques de Béjar data de principios del siglo XIX y eran de piel de cerdo

Los papeles que había acumulado el ducado de Béjar, creado a finales del siglo XV, están en ese archivo de la Nobleza. Fueron adquiridos por el Estado en 1917. Como decía, en las cajas que llegan al archivo hay muchos documentos y, en ocasiones, algunos objetos. Unos y otros se restauran, si es necesario, se clasifican, se describen y se archivan. Y se estudian, por supuesto, por personal del archivo y por personal externo.

Entre las cartas que desde el ducado se enviaron y recibieron de Francia allá por la primera parte del siglo XIV, se encontraron dos preservativos en 2011, guardados dentro de un sobre. No piensen en nada inapropiado o sucio. No es algo como dos condones tirados en una esquina o en un descampado, no, es algo muy diferente. Estaban cuidados y guardados con cierto mimo, dentro de un sobre, pensando en ser reutilizados.

Estamos hablando de correspondencia entre 1814 y 1830, pero no hay constancia alguna de que fueran del duque o de la duquesa, ni de que los hubieran utilizado ellos. Sí parece que, al menos uno, había sido estrenado. Quizás se los enviaron de Francia, pero todo son elucubraciones, porque las cartas junto a las que estaban no hacen mención alguna a los preservativos.

No sorprende que los tuvieran, creo yo, sino que se encontraran entre la correspondencia

Si bien en el caso de Béjar los preservativos parecen de piel de cerdo, lo más común es que fuera la tripa y no la piel el material utilizado. Cualquiera que haya visto cómo se hacen artesanalmente los chorizos con tripa de cerdo comprenderá que es una solución adecuada. De hecho, en la Universidad de Salamanca se expusieron unos similares, con un lacito para sujetarlos, como una si fuera kynodesme griega.

De todas formas, es poco sorprendente el uso de preservativos en esta época, porque su utilización viene de lejos, aunque lógicamente no de forma generalizada. Tan de lejos que ya en la tumba de Tutankamón se encontró alguno, aunque no se sabe con certeza si se usaban para evitar el embarazo o con otros fines. En un mes, por cierto, se cumplen 100 años desde que Howard Carter entró en dicha tumba.

Lo que sí es más curioso es que se considera tan importante como para guardarlo con la correspondencia. Uno esperaría encontrárselo en la alcoba de los duques, pero no tanto entre las cartas. Tampoco a la vista de cualquiera, no, porque hubiera provocado un cierto escándalo, pero en el archivo… ¿Y si había una urgencia? Igual esa era la forma de mantener el archivo y la correspondencia ordenada, sabiendo que había cosas allí que mejor era localizar de forma ágil y rápida. Si uno se daba a la pereza y dejaba todo desordenado, lo acabaría pagando, buscando medio desnudo y con cierta urgencia un sobrecito con dos preservativos de cerdo entre los documentos del archivo.

Fuente de la imagen: Cadena Ser

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