Una coma que le costó 2 millones a Estados Unidos

Una coma que le costó 2 millones a Estados Unidos

La historia que les voy a dejar hoy escrita bien podría ser una leyenda. Pero basta con echar un vistazo a las redes sociales e incluso a los periódicos para darse cuenta de que no es sólo factible que ocurriera, sino hasta probable. La importancia de la coma es una de esas lecciones sobre la escritura que uno nunca acaba de aprender del todo, pero también es cierto que hay algunos casos sangrantes. Seguro que en este mismo blog hay un puñado de comas mal puestas. En este caso hablamos de una coma que le costó 2 millones a Estados Unidos, allá por 1890.

Como decía, la presencia, ausencia y posición de la coma cambia el sentido de la frase en no pocas ocasiones. Por ejemplo, el Diario de Navarra publicó en su portada del 9 de marzo de 1993 el siguiente titular, refiriéndose al abuelo del rey Felipe VI:

Don Juan, agoniza.

Muy distinto eso de Don Juan agoniza. Faltaban aún un casi un mes para que falleciera Juan de Borbón y uno no sabe bien si aquello fue un error o un deseo. Tendríamos entonces cómo hacer opinión en un periódico con un error en una coma.

Una coma que le costó 2 millones a Estados Unidos, porque un empleado cambió un guion por una coma

Estados Unidos pagó muy cara la presencia de una coma en una de las leyes del Congreso, allá por 1890. Alguno de los empleados que redactaban los documentos que finalmente se publicaban, debía escribir lo siguiente:

All foreign fruit-plants are free from duty.
Todas las plantas frutales extranjeras no pagarán impuestos.

El empleado, seguramente por despiste y porque todos tenemos un día malo, cambió el guion por una coma. El resultado fue:

All foreign fruit, plants are free from duty.
Todas las frutas extrajeras, las plantas no pagarán impuestos.

Esta versión resultante es un poco confusa y está claramente mal escrita. Pero es fácil entender que todas las frutas extranjeras y las plantas, no pagarán impuestos. Uno de los principales usos de la coma es para hacer enumeraciones. Por lo tanto, de que se libraran de las tasas los árboles frutales traídos del extranjero, se pasó a que no pagara impuestos ninguna fruta o planta traída del extranjero.

El coste del error fueron 2 millones de dólares de la época. Es lo que perdieron en el tiempo que tardaron en darse cuenta del error, corregirlo y publicar de nuevo la ley. No son poco importantes estos temas. Si no, recuerden que el tomate es una fruta, salvo para pagar impuestos, y que esto también ocurrió en EEUU.

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