Sería maravilloso viajar hasta Mallorca sin necesidad de tomar el barco o el avión, sólo caminando en bicicleta o en autostop, cantaban Los mismos hace ya unos años. Bien, pues hace unos pocos más, unos cinco millones de años, es posible que aquello se pudiera hacer, aunque, eso sí, no había coches ni bicicletas. Todo gracias, o más bien por culpa de la conocida como Crisis del Messiniense.
Todo comenzó por un movimiento tectónico que elevó las cordilleras Bética, en la península Ibérica, y Rifeña, en el norte de África. El estrecho de Gibraltar quedó bloqueado por culpa de este cambio en la geografía, y cerrada la entrada al Mediterráneo de agua atlántica, el paso del tiempo hizo que este se desecara en gran parte, o al menos eso creen gran parte de los científicos. Lo que hoy es un mar enorme, el tercero más grande del mundo, se convirtió entonces en una gran salina. Se ha encontrado una capa de sal en los sedimentos del mar de unos 2.000 metros de grosor en algunos puntos. Esa es mucha sal.
Hay algunos científicos que creen que el Mediterráneo fue una gran salina, pero que no llegó a quedarse sin agua, sino que estuvo siempre conectado con el Atlántico de alguna manera.
La cantidad de agua que llega al Mediterráneo a través de los ríos y las lluvias no compensa la que se evapora y es necesaria la conexión con el Atlántico para que se vea alimentado. Otro punto significativo de este hecho es que parece probable que aquel cambio fuera rápido desde el punto de vista geológico, ya que tan sólo llevó unos centenares de miles de años. Y hablando de tiempos geológicos, este hecho se llama Crisis de Messiniense precisamente porque tuvo lugar en el periodo Messiniense.
Finalmente el estrecho de Gibraltar volvió a abrirse y el Mediterráneo recuperó su entidad como mar. De nuevo, hay varias hipótesis sobre el fin de la crisis, qué provocó que el agua llegara de nuevo. Lo cierto es que unos pocos millones de años después, aquí estamos nosotros, disfrutando del Mediterráneo.
Por cierto, esta curistoria me ha recordado a la novela El hombre en el Castillo, de Philip K. Dick, en la que los nazis, vencedores de la Segunda Guerra Mundial, desecan el Mediterráneo para convertirlo en territorio de cultivo para poder alimentar a la población del Reich.
Efectivamente en la primera temporada de la serie, si como en el libro del mismo nombre de donde se basa la serie, se habla del "Proyecto Atlanterra" que plantea la creacion de una presa en el mediterraneo para desecar y aprovechar como tierra de cultivo el mediterraneo.
No recuerdo si se llamaba así en el libro, lo leí hace ya unos años, pero sí recuerdo ese detalle. No he visto la serie, por cierto.
Gracias Enrique por comentar.