En 1721 Francia y España intercambiaron dos niñas con el objetivo de hacerlas reinas y enlazar de ese modo ambos países. De la corte de Felipe V, primer rey de España de la Casa de Borbón, partía de sur a norte su hija María Victoria para ser la esposa de Luis XV de Francia. Ella tenía cuatro años y él once, y era rey desde los cinco. En sentido contrario, para casarse con el que sería Luis I, hijo del rey español, viajaba Luisa Isabel de Orleans, hija del regente de Francia. El objetivo era poner fin así a los enfrentamientos y las guerras que los habían consumido.
Este es el momento y el centro de la película francesa Cambio de reinas, que se estrena a mediados de febrero en España y que ha sido dirigida por Marc Dugain. He tenido la oportunidad de verla y lo cierto es que es una película perfecta para los aficionados a la historia, y no sólo para los aficionados a la historia. Es una película que cuenta un momento sorprendente de la historia, centrándose en esta y recreándola con esmero y cuidado. Además, diría que es una película donde los personajes son la clave, personajes históricos, y uno no puede evitar sentir cariño por unos y recelar de otros. Todos sus perfiles, sus miedos, sus formas de afrontar su posición en la vida y en la historia están interpretados con maestría.
Es una muestra de buen cine histórico, en el sentido estricto, usando la historia no como marco en la narración, sino siendo la historia el eje y centro de la propia narración, de la película. Y estos personajes y su situación son tan especiales, es algo tan alucinante lo que ocurrió para nuestras mentes del siglo XXI, que no hay necesidad de añadidos.
El vestuario, los lugares, los objetos, la luz… todo está pensado para llevarnos a las cortes española y francesa de aquellos años del siglo XVIII. Los actores y actrices se convierten en los personajes históricos sin un ápice de falsedad, uno se cree todo lo que ve y comprende cómo eran por dentro, los resortes que movían sus pensamientos. La niña Juliane Lepoureau, que interpreta a María Victoria de Borbón, me pareció maravillosa en su papel. Y en el pobre Luis XV, interpretado por Igor Van Dessel, queda patente un niño aplastado por la responsabilidad, el miedo y la muerte.
A aquellos de ustedes que no conozcan la historia de estos dos matrimonios reales de conveniencia, les sorprenderá el desarrollo de los hechos y el final. Acostumbrados a los libros de historia que narran las guerras y las grandes decisiones, tenemos aquí un viaje al corazón de los protagonistas de la historia, de sus miedos y miserias. A esa parte de la historia un poco lateral que tanto nos gusta en Curistoria.
No se pierdan la película, la disfrutarán acercándose a la historia. Aprender y disfrutar, no digo más.
Aquí tienen el trailer para que le echen un vistazo: