Los dientes de la batalla de Waterloo

(Dentadura postiza de hace un par de siglos)

Es muy posible que esta curistoria les parezca algo desagradable, y no les culparía yo por ello. En cualquier caso, como siempre, hay que tener en cuenta que cada momento de la historia es diferente y que, si bien es casi imposible analizar el pasado hoy con la visión de entonces, ya que somos personas de nuestro tiempo, es un ejercicio que conviene hacer. Y así, hay que comprender cómo se resolvían hace siglos problemas que hoy no sufrimos. Sin ir más lejos, ¿de dónde se sacaban dientes hace siglos para sustituir las piezas que uno perdía en su boca?

Antes de que la ciencia odontológica avanzara y los protésicos dentales se ganaran un lugar en nuestra salud, los dentistas tenían que recurrir a otras fuentes para conseguir piezas con las que sustituir las que se iban perdiendo. La más habitual de esas fuentes eran los cadáveres. Ya les avisaba que quizás esta historia les pareciera un poco desagradable, ya que no sólo hablamos de tener en nuestra boca los dientes de otro, sino que además ese otro era un muerto.

Tanto es así, que había verdaderos expertos en conseguir dientes de cadáveres y ladrones de dientes en los cementerios. Se pagaban muy bien, y un juego completo de dientes sanos era todo un tesoro. También se intentaba hacer dientes artificiales usando los de algunos animales o marfil, pero el resultado no era tan bueno como el de un diente humano.

Uno de los sitios, por tanto, más adecuados para conseguir dientes eran las batallas en las guerras, donde uno tenía un buen número de cadáveres al alcance de la mano, sin necesidad de desenterrarlos y recién fallecidos. Y hay otro aspecto nada trivial de conseguir dientes de soldados tras una batalla, la juventud de los donantes, que daba cierta calidad a las piezas, que aún no estarían tan dañadas como las de un hombre de edad más avanzada.

Tanto es así, que se dice que tras la batalla de Waterloo, donde la cosecha dental fue sustanciosa, se llegaban a anunciar los dientes como “dientes de Waterloo”, siendo esto un reclamo publicitario. Lógicamente, el coste iba en consonancia con esa calidad. Dicho esto, no hay certezas de que el término fuera usado de manera general.

Para concluir, les dejo algunas imágenes de los trabajos que se hacían con marfil, los anuncios y precios de los dentistas y alguna otra perla dental.

(Proceso de una dentadura hecha de marfil)

(Otra dentadura hecha artesanalmente, sin piezas reales)

(Anuncio de piezas dentales, como vemos, naturales)

(Dentadura postiza realiza con dientes reales)

Fuente: BBC,  Waterloo 200

Curistoria

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