| (El último francotirador, de Kevin Lacz) |
Los relatos en primera persona siempre me han parecido interesantes. Y cuando digo en primera persona me refiero, lógicamente, a cuando los propios protagonistas, los testigos directos, dejan por escrito lo que vieron, sintieron e hicieron. En esa categoría entra el libro que les recomiendo hoy: El último francotirador. Escrito por Kevin Lacz, en él el soldado cuenta sus experiencias como miembro de los SEAL en la guerra de Irak, es decir, como parte del minúsculo grupo de élite del ejército de los Estados Unidos. El resultado es un texto apasionante, bien escrito, repleto de acción y sinceridad, en cuanto a la forma de pensar y actuar de sus protagonistas.
El texto de Lacz va de Clint Eastwood a Clint Eastwood. Comienza narrando por qué se enroló en el ejército y cómo fue su entrenamiento para acabar siendo un BTF, acrónimo de Big Tough Frogman, es decir, un Hombre Rana Duro y Grande. Y esa parte de libro, la inicial, recuerda al Clint Eastwood de El sargento de hierro, por el lenguaje y también por la actitud. Quizás sea eso lo más flojo del texto, ya que el gran bloque central del libro corresponde a las acciones y la vida en Irak, y esa narración sí que merece la pena. Acción tras acción, lo cierto es que ocurren muchas cosas y están bien contadas. Ahí las páginas pasan y pasan, para ver cómo evolucionan las operaciones que llevan a cabo Lacz y sus compañeros. La última parte del texto gira en torno a la muerte de algunos de esos compañeros, y no es menos interesante ver cómo sienten la pérdida y cómo reaccionan el resto de soldados.
Lacz combate principalmente como francotirador y por lo tanto su participación en la guerra está directamente conectada con matar enemigos. Y matarlos mientras los ve moverse y ve la cara en la mira telescópica de su arma. Decía antes que el autor había sido sincero al escribir, y es en esa explicación de lo que siente al matar y cómo lo hace, donde el autor se muestra sin caretas, sin falsas afirmaciones políticamente correctas y con claridad. Un aspecto que se agradece, ya que un libro de este tipo, si el testigo nos escatima la verdad, se convierte en un producto descafeinado.
Acaba el libro también con Clint Eastwood, porque Lacz narra en las últimas páginas su participación y colaboración en la película El francotirador, dirigida por Eastwood y en la que se narra la historia de Chris Kyle. Lacz asesoró al director por que fue compañero de Kyle en la batalla de Ramadi, precisamente lo que se narra también en este libro. Kyle, al que se refiere el autor constantemente como La Leyenda, aparece a menudo en el libro, como otros integrantes del grupo de SEAL al que pertenecía Lacz.
No soy especialmente aficionado a las guerras contemporáneas, pero he de reconocer que el libro me ha encantado y que es una buena lectura, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Tampoco soy especialmente fan de los fanfarrones, y aunque Lacz lo parezca en determinados momentos, se equilibra esa visión con los momentos de sinceridad. Si le interesa cómo son las guerras modernas, cómo piensa un soldado o tan sólo leer un ensayo plagado de operaciones que parecen sacadas de películas bélicas, en todos esos casos y en alguno más, este es su libro.
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