(Las obras del canal de Corinto, en 1893) |
En la actualidad parece que el funcionamiento del negocio de las grandes obra públicas conlleva cierta tendencia al aumento de los costes inicialmente previstos y a la demora de las obras, añadiendo fechas y fechas a la planificación inicial hasta que se presentan en el horizonte unas elecciones, y entonces todas las obras se finalizan como por arte de magia. Pero a pesar de ello, ninguna obra ha sufrido tanta demora como el canal de Corinto, finalizado siglos después de su comienzo. Se pensó en el siglo VII a.C. y se inauguró a comienzos del XIX.
Ya en el siglo I Nerón promovió activamente el proyecto de abrir un canal en el Istmo de Corinto, para hacer así una nueva ruta más corta y sencilla que evitara la existente para bordear el Peloponeso. El propio emperador dio los tres primeros golpes en la tierra con un pico de oro, tras cogerlo ceremoniosamente de las manos del gobernador de Grecia. No sé por qué pero ese momento me recuerda también a algunas ceremonias que hacen actualmente los políticos, ya saben, eso de la primera palada o la primera piedra.
Algunos ingenieros desaconsejaban la obra y amenazaban con grandes inundaciones, ya que el mar, según ellos, estaba a distinto nivel a cada lado del istmo. Pero no fue esto lo que detuvo la obra, sino una rebelión en la Galia, que se llevó la atención y, sospecho, el presupuesto. En cualquier caso, un año después falleció Nerón, abandonándose definitivamente la idea del canal.
Otros aseguraban que había una maldición sobre el proyecto, ya que muchos de los que habían intentado abrir el canal habían muerto violentamente: Demetrio I de Macedonia, Julio César, Calígula o el propio Nerón.
Finalmente, en el año 1893 se inauguró el canal como una vía de agua artificial que separa el Peloponeso del resto de Grecia. Fue construido en unos 12 años y curiosamente se respetó el trazado que pretendía llevar a cabo Nerón.
Debe de ser interesante pasar por ese canal, ya que es estrecho y flanqueado por terrenos muy altos (el canal está excavado muy profundo). Hay muchos cruceros que lo atraviesan.
Por otro lado, lo más interesante no me parece el canal en sí, sino el diolkos, la solución adoptada por por el tirano Periandro al no poder construir el canal. En su lugar, construyó una especie de canal seco, como lo llamaríamos hoy, constituído por vagones que circulaban guiados por un carril excavado en el suelo. Los barcos iban de un lado al otro encima del vagón, sin las mercancías para pesar menos.
"Algunos ingenieros desaconsejaban la otra"…Y eso que no habían visto la oBra, que también la habrían desaconsejado ;-).
Gracias por la información adicional sobre el canal.
Lamastelle, osbras, vaya fallo. Gracias por el aviso.
Saludos.