| (Oscar Wilde) |
Ernst Hemingway, del que hace poco les hablaba por el amor que procesaba a sus gatos, y Oscar Wilde, que también ha tenido ya su propia curistoria plagada de puyas y genialidades, comparten hoy entrada ya que hay algo estrafalario y sorprendente que tenían en común: el travestismo.
Según parece ambos pasaron gran parte de su infancia vestidos de niña, aunque si influyó en sus vidas no lo hizo del mismo modo. Wilde murió unos meses después de que naciera Hemingway, por lo que eran épocas distintas, pero mientras que el primero fue homosexual, lo que le conllevó serios problemas, al segundo se le ha acusado de homófobo y no pocas veces hizo alarde su hombría.
Su madres fueron las culpables, ya que eran ellas las que los vestían de chica. La madre de Wilde era una mujer estrafalaria que disfrutaba vistiendo trajes vistosos y tocados de joyas y plumas. No encontró amistades con las que disfrutar de esta afición y tomó a su hijo como compañero. Fingía que el chico era una niña y lo vestía del mismo modo que se vestía ella, con vestidos largos llenos de volantes.
En el caso de Hemingway, su madre, además de vestirlo de chica, le obligaba a recibir clases de danza, algo que el escritor no llevaba demasiado bien. ¿Influyó esto en sus vidas? ¿Y en sus obras?
Fuente: Vidas secretas de grandes escritores, de Robert Schnakenberg
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Por supuesto, siempre influye —todo, pasado y presente— en la vida de cualquier persona. En el caso particular de ambos autores, protagonistas indiscutibles de vidas peculiares y cuyas épocas no fueron —entre guerras y demás acontecimientos— menos pintorescas, más aún con madres como esas. De todos modos, se puede sobrevivir a una madre sobreprotectora, desequilibrada, caprichosa e infantil, que te disfraza como si fueras una de sus muñecas...o no. Pero escapar de la influencia que ésta tiene sobre el niño —con recuerdos imborrables incluidos— lo veo más difícil. Me ha gustado esta entrada (también otras, pero ésta me apetecía comentarla). Gracias. Un saludo.
Gracias Annoys por el comentario, tienes razón, todo va dejando poso en la vida y más las experiencias en la niñez.
Por cierto, no te cortes y comenta siempre que te apetezca :)
Saludos.