El cortador, seguridad para el rey

En la época medieval era habitual comer cerdos, cabritos y otros animales asados. Se presentaban en la mesa enteros y había un hombre encargado de trocearlos. Este hombre era denominado cortador o trinchante y su tarea no era sencilla.

Ser cortador era un cargo relativamente importante dentro del entorno real y debía conocer perfectamente el protocolo y cómo tratar a los nobles y al rey. Solía acompañar al monarca allá donde fuera. ¿Porque le gustaba al rey su forma de trinchar? No exactamente.

Los cuchillos que utilizaba para trinchar la carne que comía el rey, en caso de ser envenenados, podían acabar fácilmente con la vida de este. Por lo tanto, el cortador era un cargo de confianza, un hombre leal a su rey. Todo lo que necesitaba para su trabajo viajaba siempre con él y con el rey: cuchillos, tenedores, trapos para limpiar…

La seguridad iba más allá aún. Los instrumentos del cortador siempre se guardaban y transportaban en un baúl cerrado con llave. Antes de comenzar a comer, el cortador usaba los cuchillos para extraer de un pan una rebanada y se la daba a probar al repostero real. Si los cuchillos habían sido envenenados, el repostero moriría. ¿Por qué el repostero real? Pues porque sobre él recaía la responsabilidad de custodiar el baúl del cortador.

Por cierto, según parece esto de usar “un probador” para ver si los alimentos han sido envenenados ha sido una costumbre en varias épocas y situaciones. Pero yo lo veo algo inútil en muchos casos, salvo en el caso de que el veneno sea de efecto inmediato. Si este mata pasadas dos horas, después de la comida morirán el rey y el probador. Eso sí, sabiendo que su vida estaba en juego, seguro que el probador vigilaba para que no envenenaran al rey.

7 comentarios en “El cortador, seguridad para el rey”

  1. Mas que por motivos de seguridad suena a una especie de fanfarronería o mantener el protocolo y el oropel. No se si recordaras la peli de "En la linea de fuego", cuando corren los agentes al lado del coche blindado del presidente. Estwood dice que s una chorrada solo para mantener el estatus, haría falta un obús para atacar ese coche y el que vayan ellos corriendo no serviria denada.
    Saludos

  2. En una visita a Avignon este verano también nombraron al trinchador como un puesto importante puesto que, por seguridad, nadie más en la mesa tenía un cuchillo a su disposición. Así que más valía estar a buenas con él si no querías atragantarte :D

  3. En la antigua Roma, Vitike, como bien dice Miguel Ángel, era un signo de ostentación y de lujo presentarse a cenar en casa del anfitrión con la compañía de un "praegustator" o catador; se trataba de esclavos, al principio sin formación alguna sobre venenos, pero con el tiempo se hicieron auténticos profesionales del ramo, formados por médicos y botánicos, a los que se les hacían pasar "controles de calidad". Y aún así había que tener mucho cuidado porque la hoja del cuchillo que cortaba la carne podía hábilmente estar emponzoñada por un lado del filo, pero por el otro no.
    Mil saludos.

  4. Acabo de descubrir este blog y me ha gustado mucho. Ya me he suscrito para estar al día de las nuevas entradas.

    Yo también tengo un blog similar. Sabía que habia unos cuantos blogs con la misma temática, pero somos más de lo que yo pensaba. Menos mal que toda la historia del hombre da para mucho.

  5. Memoria, recuerdo la película pero no ese fragmento. De todos modos, tiene sentido lo que dices.

    Miguel, ¿el único con cuchillo? Madre mía, cortar todo a mordiscos….

    Profe, gracias por el dato. Había que estudiar para trinchar la carne, ahí es nada.

    Maireen, bienvenida.

  6. Vitike, por lo que entendí él cortaba la carne y la distribuía, pero no sé de que tamaño serían las lonchas… No creo que con las costumbres actuales nos sintiéramos muy a gusto en esa mesa :)

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