La carta enviada al periódico planteaba una total oposición a la construcción de la torre ya que era un “esqueleto horroroso” y algo así como un Notre-Dâme de chatarra. A pesar de todo, el señor Eiffel colocó un buen montón de dinero, figuradamente, sobre aquella protesta intelectual y el proyecto arrancó. Y hoy, con el tiempo, podemos ver hasta dónde ha llegado aquella “chatarra”.
¿Qué habría pasado de haber hecho caso de algún modo a aquella carta? Quién sabe. Supongo que hoy cambiarían de parecer, al menos en parte, al ver que la Torre Eiffel es uno de las construcciones más famosas del mundo y el auténtico símbolo de París e incluso de Francia entera. Se me ocurren algunas similitudes actuales con este hecho, casos en los que los intelectuales (unos más que otros, todo sea dicho) se ponen de un lado de la balanza.
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Vamos, que ya en la Francia de aquellos tiempos se demostró que no se debía de hacer mucho caso a los "intelectuales", ¿no? Se me ocurren muchas maldades que decir sobre los "abajo firmantes", pero no las diré. No las diré... :)
(Y que bonita es, leñes... xD)
Seré el único, pero la Torre Eiffel me parece horrorosa. Ha ganado prestigio por el paso del tiempo y lo bien que saben vender los franceses.
Deberían de escuchar la canción "Alec Eiffel" de "Pixies", versioneada a las mil maravillas por "The get up kids" y que habla de este mismo tema.