Al final de la película Solos en la madrugada, dirigida por José Luis Garci y protagonizada por José Sacristán, hay un monólogo de este último, de unos 7 minutos, donde nos llama a ser adultos. El contexto y marco de la película es la Transición española, pero en realidad es aplicable a nosotros y a nuestro tiempo. Háganme un favor y vean ese monólogo. Yo lo he visto muchas veces, y me parece de una sabiduría infinita. Como la charla de Alfredo Landa y María Casanova bajo el árbol en Las verdes praderas. O la de Antonio Ferrandis y José Bódalo en Volver a empezar. Sólo por esos tres pedacitos de la obra de Garci merece toda mi admiración. Hay tanta sabiduría, humanidad y humanismo ahí contenido, que sirven de buena introducción para hablar del libro que quiero recomendarles hoy: Provocadores y paganos, de Sarah Backwell.
El humanismo es una forma de pensar y afrontar la vida que ha ido cambiando a lo largo del tiempo, pero creo que, en su esencia, es algo reconocible en muchos momentos, como esa escena de Sacristán y Garci de la que les hablaba. El humanismo es algo valioso y sabio, en mi opinión más personal. Es cierto que ha evolucionado con los tiempos y que no es una idea única y monolítica, sino que tiene matices y líneas de pensamiento. Sobre este mundo trata el texto de Sarah Bakewell, que he leído estos días.
Provocadores y paganos, de Sarah Backwell es la historia del humanismo y los humanistas
Algunas de las características de los humanistas son el librepensamiento; regirse por una ética humana no supeditada a un ser divino o superior; disfrutar de la obra del hombre, como es el arte, la música o la gastronomía; valorar y respetar a otros seres humanos y sus ideas; el pensamiento crítico; valorar de la ciencia… Si lo prefieren, pueden ir a la síntesis máxima que está en una cita de Terencio, nacido en el siglo II a.C.:
Soy humano y nada humano me es ajeno.
Como supondrán, estas posturas han tenido sus enemigos en la historia. Al poner al hombre por delante de Dios, la autoridad y otras cosas similares, se han enfrentado a las corrientes dominantes durante mucho tiempo, de la Edad Media al nazismo. Otro de sus contrarios ha sido el olvido de esa obra humana, algo contra lo que pelearon hombres como Petrarca, buscando, rescatando y copiando obras clásicas. En la actualidad tenemos a nuestro alcance más conocimiento del que somos capaces de digerir, pero en otros tiempos tener un libro más para la biblioteca personal era toda una fiesta y costaba un mundo conseguirlo.
El humanismos aboga por el disfrute, y por eso tiene sentido que este texto se disfrute ya como lectura, más allá de lo que nos enseña
Provocadores y paganos es un libro sobre historia y sobre filosofía. Sobre el humanismo y sus protagonistas. Y es fabuloso y estimulante. Como esas películas de Garci de las que les hablaba, se disfruta en la propia lectura, pero va dejando cargas de profundidad que bajan hasta el estómago, o mejor, suben hasta lo más profundo del cerebro y luego explotan, pasado un tiempo, alimentándonos.
El ya mencionado Petrarca, junto a personajes como Boccaccio, Manucio, Erasmo, Montaigne, Hume, Bertrand Russell… y otros muchos, orientaron su paso por el mundo con estos parámetros básicos a modo de brújula, situando al hombre en primer lugar. Entre ellos, y muchos más, la autora se va moviendo para hacernos ver su tiempo y esas visiones que rigieron sus actos. El texto está regado también de anécdotas y pequeñas digresiones que complementan los grandes actos y las palabras para el mármol. Una virtud valiosísima de la autora.
Por cierto, está publicado por Ariel y traducido por Joan Andreano Weyland.