Ayer por la tarde, impartiendo una clase en una escuela de negocios, les hablaba a los alumnos sobre cómo aprovechar los símbolos y elementos culturales de nuestra sociedad a la hora de comunicar. Les decía que, por nuestro origen y cultura, tenemos una serie de patrones, conocimientos y significados que son consustanciales a nosotros y que juegan a nuestro favor si lo hacemos bien. En cierta medida esto también alcanza al mundo persa, que fueron enemigos de una parte de Grecia, y eso hace que les atribuyamos determinadas cuestiones que, con seguridad, no son del todo exactas. Por eso ha sido tan enriquecedor, al menos en mi caso, leer este magnífico libro de Llewellyn-Jones (enlace afiliado) sobre este imperio de la antigüedad.
En términos generales estamos muy influidos por la cultura clásica, y eso hace que para nosotros la antigua Grecia sea una fuente natural y que por lo tanto veamos a esta civilización aqueménida a través los ojos de Heródoto y otros autores griegos. Este libro, en cambio, utiliza fuentes originales de los propios persas, es decir, es la historia de los persas contada por los persas, aunque no deja de lado otras referencias, para compararlas y para atribuirles valor o cierta intención, según el caso.
En el siglo VI antes de Cristo, Ciro I comenzó a construir un imperio persa, que acabaría siendo uno de los más importantes y extensos de la antigüedad. Ciro era aqueménida y su pueblo estaba dominado por los medos, hasta que él se levantó contra ellos y cambió el mundo de su época. Para nosotros, esta heterogénea civilización está enmascarada tras una serie de tópicos que en gran medida debemos a nuestra influencia cultural, como decía. Pero lo cierto es que, tras leer este libro que les recomiendo hoy, me parece que su historia y su cultura bien merecen una mirada directa, y no la mirada de soslayo que solemos dedicarle. Debo reconocer que este libro me ha dado a conocer un imperio que, en mi caso y hasta ahora, era tan solo un boceto de vagos conocimientos.
El libro es una visión general de un mundo riquísmo y apasionante, contada con claridad y criterio
Y esas fuentes persas son más ricas y detalladas de lo que uno podría imaginar para una civilización de hace más de 25 siglos, pero la burocracia fue uno de los puntales del crecimiento del imperio aqueménida. A partir de ellas Llewellyn-Jones hace un plano general. Como decía, esta enorme civilización tenía una administración poderosa y efectiva, que les permitía gobernar dominios que iban de Grecia al río Indo y del mar de Aral a Egipto. Les hablaba no hace mucho de su calzada real y de su sistema de comunicaciones.
De Ciro I a Darío III, van un par de siglos y varios líderes, no siempre de la misma estirpe. Entre ellos están otros como Jerjes, Cambises II o Darío II. Como supondrán, esta secuencia no estuvo exenta de un hilo apasionante de enfrentamientos, traiciones y política. El libro dedica unas partes a esta evolución del imperio, explicando cómo fueron llegando las conquistas y quién hizo qué, y emplea otras en describirnos la cultura, la religión o la vida persa.
De alguna forma, el autor de este libro es capaz de acercarnos a este tiempo pasado mientras nos detalla las fuentes, y nos ilustra sobre cómo y por qué ocurrieron ciertos hechos que son una historia épica. No menos épica o maravillosa de la de los espartanos o los egipcios, que nos parecen más cercanas y que son, sin duda alguna, maravillosas.
Lloyd Llewellyn-Jones es catedrático de historia antigua en la Universidad de Cardiff y es un reconocido experto en Persia. Creo que eso le da solidez para hacer un libro con una visión global de algo tan enorme como el imperio aqueménida, y hacerlo además claro y atractivo. Lo ha publicado, por cierto, Ático de los libros, con traducción de Joan Eloi Roca.