La mítica guerrera vikinga de Birka y su muro de hierro

La mítica guerrera vikinga de Birka

Estoy leyendo un magnífico libro de Alfredo González Ruibal, titulado Tierra arrasada, que trata sobre la violencia y las guerras a lo largo de la historia, usando la arqueología como base y fuente principal. Impresionante libro del que ya les contaré más detalles, porque merece mucho la pena, y del que estoy aprendiendo mucho. De él tomo la historia de la mítica guerrera vikinga de Birka y su muro de hierro.

La mítica guerrera vikinga de Birka fue considerada un hombre durante más de un siglo, hasta que en 2016 el ADN descubrió la verdad

A finales del siglo XIX se hizo un importante hallazgo arqueológico relacionado con el mundo vikingo. En Birka, en el sur de Suecia, se descubrió un enorme cementerio con unas 3.000 tumbas. Entre ellas destacaba una. Destacaba por su posición elevada, por la gran piedra que la cubría y por el ajuar que acompañaba los restos. Había junto al muerte dos caballos, uno de ellos un macho y el otro una yegua, una espada, un hacha, una lanza, flechas, un cuchillo de combate y dos escudos. Además, había algunos adornos y un juego de tablero con sus piezas. Todo un hallazgo.

Un ajuar nada común, ya que tan sólo unas 75 de las 1.100 tumbas excavadas tenían armamento enterrado junto con el fallecido. A esta tumba, además, la rodeaban otras tumbas, también de guerreros, porque había armas en ellas. Esto daba aún más indicios hacia la idea de que la tumba en cuestión era de un líder entre los guerreros.

Se dio por hecho que era un hombre, un guerrero vikingo, y así se escribió y describió durante décadas. Pero en 2016 un estudio detallado de los huesos y de su ADN demostró que los restos correspondían a una mujer. A una guerrera vikinga. Es cierto que no hay rastro de traumatismos perimortem o antemortem en los huesos. Si los hubiera, nos llevarían a pensar casi con certeza que había entrado en combate y que alguna vez había sido herida. Hablamos de un golpe de espada que habría dejado su marca o una flecha clavada que habría afectado a un hueso. Algo mucho más común de lo que nos pensamos. Pero, a pesar de ello, la ausencia de este tipo de signos no quiere decir que no combatiera. Quizás tan sólo las lesiones que sufrió no dejaron marca en sus restos.

En el mismo lugar se descubrió que 300 cuchillos formaban parte del muro y el suelo de un edificio

Algunos textos de hace siglos ya hablan de guerreras vikingas. Pero la controversia y las dudas siguen vivas. Es obvio que no podemos afirmar al 100% que se tratara de una guerrera real y que combatiera. Pero, la lógica dice que, con ese ajuar, lo más probable es que fuera una persona relevante para el combate y la guerra de aquel grupo de vikingos.

La tumba estaba en la puerta del fuerte de la guarnición. Un lugar destacado, como decíamos. En las excavaciones del fuerte se encontró también un edificio calcinado. Era un arsenal, ya que dentro había restos de flechas, escudos, lanzas, espadas… y algo que nos va a recordar al momento a la serie Juego de Tronos. De hecho, el propio autor del libro ya menciona esa similitud.

En aquel edificio vikingo había 300 cuchillos que formaban parte de la pared y del suelo. Es decir, esas armas se habían usado como material de construcción. El lugar del Trono de Hierro era el Muro de Hierro, podríamos decir.

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