Ya les conté hace unos años que Shackleton nunca puso el famoso anuncio en el Times buscando hombres para su viaje peligroso. Aquel que decía que había poco sueldo, mucho frío, oscuridad… suena a oferta de viaje al Monte del Destino para lanzar el Anillo Único. Es una buena historia que se sigue repitiendo, pero nadie ha podido encontrar nunca el mítico anuncio en las hemerotecas. En la historia de la Armad española tenemos el anuncio de Malaspina que es como el de Shackleton, pero cierto.
El anuncio de Malaspina que es como el de Shackleton, pero cierto, fue uno de los muchos preparativos de la enorme expedición que lleva su nombre
También hace ya muchos años, hace 12 años en estos días para ser concreto, les hablé de la Expedición Malaspina. Este impresionante viaje político y científico fue financiado e impulsado por la corona española. Había intereses económicos, por supuesto, y la necesidad de cartografiar mejor algunas partes del mundo y descubrir rutas. Pero también había un componente explorador y de investigación. Campos como la botánica, la zoología, la geología o la astronomía se tenían muy presentes en él. Tanto es así que se contactó con muchos centros internacionales como Royal Society de Londres para que sus científicos colaboraran en el viaje.
La expedición se llama así por Alejandro Malaspina, que, junto con José de Bustamante y Guerra, a la sazón ambos capitanes de fragata, tuvieron la idea y la propusieron al ministro de Marina. Ya desde el comienzo con una visión científica, haciendo mención de las expediciones que habían desplegado en ese ámbito Francia o Inglaterra. En octubre de 1788 Carlos III autorizó el viaje y ordenó a Malaspina hacer todos los preparativos necesarios para llevarla a cabo. Carlos III, por cierto, no llegó a ver el fruto de todo esto, ya que murió el 14 de diciembre de ese 1788.
Entre los muchos cabos que había que atar en los preparativos, nunca mejor dicho, había que reclutar hombres dispuestos a un viaje así. No olvidemos que finalmente la expedición duró de 1789 hasta 1794 y navegó por medio mundo. Del ártico canadiense a las islas Aurora en el Atlántico Sur; y de Cádiz, de donde partió, a Cantón o Manila en el oeste del Pacífico.
Prometían estar años fuera de casa, trabajo duro y aburrido a bordo y peligros de todo tipo cuando bajaran a tierra
Para reclutar a los marineros dispuestos a esto, el 4 de noviembre de 1788 Malaspina y Bustamante enviaron una circular a los oficiales de la Real Armada española. En ella se decía que:
El viaje durará tres o cuatro años, en países y climas muy varios, entre costas no bien conocidas y gentes más bien bárbaras, con tareas repetitivas y cansadas, no pocos peligros y necesaria constancia.
En resumen, buscaban hombres de la Armada dispuestos a estar varios años lejos de casa, a aburrirse y trabajar mucho a bordo, y a correr peligros cuando bajaran a tierra. Por si fuera poco peligro ya la mar océana por sí sola.
Me viene a la memoria aquel refrán de que unos llevan la fama y otros cardan la lana. Pues bien, la historia del anuncio de Shackleton, falsa, es muy conocida. La de la circular de Malaspina a los oficiales de la Armada, cierta, no lo es tanto.
Fuente: Planeta océano, de Javier Peláez