Hay un libro fantástico, que me encanta y que tengo marcado en un buen número de páginas, que se titula como esta entrada: Aquí yacen dragones. Su autor es Fernando León de Aranoa y se publicó en 2013. En los últimos días, en PodiumPodcast, ha comenzado un programa con ese mismo título, Aquí yacen dragones, que les recomiendo con ganas y en el que participan Arturo González-Campos, Javier Cansado, Juan Gómez-Jurado y Rodrigo Cortés. Es decir, los todopoderosos de la Fundación Telefónica. Me declaro fan de ellos y les recuerdo que Cortés también está en La Cultureta de Ondacero, un podcast fijo todas las semanas en mis atascos matutinos. La Cultureta es esencial, apúntenselo.
La cuestión es que esa referencia a Aquí yacen dragones, que en realidad proviene del latín Hic sunt dracones, no había pasado por Curistoria y vamos a ponerle remedio. La fascinación que generan los tipos que hacían mapas en la antigüedad es comprensible. Imaginen hacer un mapa del mundo o de un país a pie de tierra, sin medios y con grandes zonas inexploradas. A eso súmenle los océanos. Para adornar esos mapas en las zonas desconocidas o sin explorar y en los océanos, se solían incluir algunas ilustraciones, más o menos creativas, reales y relacionadas con algo real. Según se cuenta, aunque ahora veremos la verdad, la frase aquí yacen dragones se ponía en los mapas, en las zonas ignotas para advertir al viajero, al que consultaba el mapa, que en aquella zona podría haber monstruos o peligros.
Lo que era totalmente común era dibujar en los mapas animales mitológicos y todo tipo de criaturas. Por ejemplo, en el Theatrum Orbis Terrarum, que podríamos traducir por El teatro del mundo, y que es considerado como el primer atlas moderno, aparecen varias criaturas dibujadas aquí y allá. Este libro data del 1570, y de comienzos de ese mismo siglo XVI es el Globo de Lenox, uno de los globos terráqueos más antiguos que se conocen. En él si que está la frase HC SVNT DRACONES, en algo así como el sur de la India, en el sudeste asiático.
Por otra parte, no hace mucho que se descubrió que un huevo de avestruz sobre el que había grabado un globo terráqueo, podría datar del 1500, siendo en ese caso más antiguo aún que el Globo de Lenox. Sobre el mapa del huevo hay inscripciones en latín y, además de algunas tierras donde hoy sabemos que está América, nos muestra el aviso sobre donde yacen los dragones, para advertir de lo desconocido.
No sólo están cercanas en el tiempo estas dos referencias al origen de la frase que nos ocupa, sino que puede que tengan aún más relación y que un trabajo inspirara al otro. Comparado con las ilustraciones de criaturas y monstruos, lo cierto es que la frase no es muy común en los mapas, pero lo que también es cierto es que se ha convertido en casi una frase hecha. Una vez más, el mito ha ganado a la realidad y en la cultura popular ese aquí yacen dragones está ya instalado. Dicho esto, no es menos cierto que es una leyenda maravillosa, la de los cartógrafos y los dragones en los mapas.