(Annie Easley en la NASA) |
Ser mujer afroamericana y haber nacido en Alabama en 1933 era una combinación que hacía complicado conseguir destacar, pero Annie Easley consiguió pasar todas esas barreras y hacer historia. Fue informática, matemática y aplicó sus conocimientos a la carrera espacial.
Cuando era joven quería ser farmacéutica, pero se trasladó a vivir a Cleveland y allí el programa de farmacia había sido eliminado. Ahí fue cuando se pasó a las matemáticas. Annie Easley había oído sobre dos mujeres que trabajaban para la NACA, la entidad aeronáutica que más tarde se integraría en la NASA, y decidió seguir sus pasos. Eran calculadoras humanas y cuando llegaron las computadoras de verdad, Easley las comenzó a utilizar, poniendo en práctica sus conocimientos matemáticos.
Trabajó en el primer software que se usó para controlar la navegación en el espacio, dentro del proyecto del cohete Centauro. Parte de su trabajo ayudó al programa de transbordadores de Estados Unidos e incluso a proyectos de la NASA cercanos al año 2000. Es decir, dentro de la historia de la informática, seguro que esta dama debería tener su propia página, junto a Ada Lovelace, Grace Hopper o la hermana Mary Kenneth Keller.
Años más tarde, cuando la NASA comenzó a estudiar cómo producir energía en nuestro planeta, Easley desarrolló software para esas investigaciones y destacados trabajos. Sus avances con las baterías eléctricas fueron clave para que estas estén en su estado actual. En resumen, pasó por las matemáticas, la aeronáutica, la informática, las energías alternativas… y siempre destacando.
Pero la parte humana no es menos admirable. En su tiempo libre daba clases particulares a niños de los barrios desfavorecidos, para los que sin duda era un ejemplo. Le tocó convivir con las leyes de Jim Crow, que ayudaban a que la segregación racial tuviera soporte legal. Un buen número de discriminaciones y desventajas para los negros, y otras minorías, se apoyaban en estas leyes. Esas leyes obligaban a los negros a hacer un test, una prueba de alfabetización, además de a pagar un impuesto para poder votar. Easley pasó el examen sin problemas y además enseñó sistemáticamente a mucha gente a pasar el test, consiguiendo así ayudar a su comunidad y además burlar esas leyes discriminatorias.
Algunas de sus citas muestran claramente su forma de ver el mundo y cómo afrontó su vida:
- Nada se les ha regalado ni a las minorías ni a las mujeres. Ha sido necesario luchar para obtener las mismas oportunidades, y seguimos luchando hoy en día.
- Cuando las personas tienen sesgos y prejuicios, sí, soy consciente, no entierro la cabeza como el avestruz. Pero mi planteamiento es que, si no puedo trabajar contigo, trabajaré a pesar de ti. No voy a desanimarme tanto como para irme. Esa puede ser la solución para otras personas, pero no es la mía.
- Nunca se es demasiado viejo, y si quieres algo, como decía mi madre, puedes hacer cualquier cosa que quieras, pero tienes que trabajártelo.
Annie Easley es otra de esas mujeres desconocidas pero que merecen reconocimiento, por su trabajo científico, por supuesto, pero también por su coraje para sobrepasar el mundo en el que les tocó vivir.
Fuente imagen: NASA