(Estudio Abierto, con José María Iñigo) |
Acaba de ver publicarse un libro titulado 333 historias de la transición, escrito por Carlos Santos, conocido hombre de RNE, y aunque no he podido más que echarle un vistazo, se lo recomiendo ya. No me extiendo más porque ya le dedicaré una entrada al propio libro, pero nada más abrirlo al azar me topé con una historia que aún siendo historia, ¡y tanto!, está tan cercana a nuestros días y vivencias que casi parece como si no nos lo contaran sino que lo recordáramos directamente.
Cuenta Santos que existía un censor en ese tiempo de la transición llamado don Francisco Ortiz, cuyas obligaciones morales y compromiso con su trabajo le llevaban a estar pendiente e intentar evitar lo indecoroso incluso cuando era casi imposible. Así, había entonces un programa presentado por José María Iñigo, que sigue en activo en RNE, hecho en directo y con ciertas libertades. Ojo, en directo.
Pero como eso no iba a detener a un hombre estricto y recto como el censor don Francisco, este intentaba contener y advertir la falta antes de que las cosas ocurrieran, porque una vez hecho y visto por todos, en directo, poco quedaba ya que hacer. Según cuenta el libro, sus acertados comentarios eran del tipo:
Señor Iñigo, el escote de la bailarina de la primera fila a la derecha es excesivo, póngale un imperdible.
Señor Iñigo, la falda de esa señorita es demasiado corta.
En referencia a la cantante María Jiménez: Dígale a la señora Jiménez que no ponga tanto énfasis cuando canta. Menos apasionamiento.
Cuando le hicieron llegar el mensaje a la cantante, esta respondió con: Siempre tocando los cojones, este tío.
Y el día que Iñigo llevó al gran Francisco Rabal, aquel día sí que estaba nervioso el censor:
—¿Por qué viene Francisco Rabal, señor Iñigo?
—Porque es un actor.
—Pero es comunista…
—No se preocupe, no viene a hablar de esas cosas.
—Pues mucho cuidado con lo que le contesta. Estamos siempre jugando con fuego.
Image: www.abc.es
Ayyy … aquellos tiempos … y fue ayer !!!
Cuentan que el tal D. Francisco Ortiz estaba completamente obsesionado por los besos. En cierta ocasión se cruzó con los pasillos con un humorista recién llegado a RTVE, D. José Luis Sánchez Pollack, más conocido por Tip. Este se abalanzó sobre él y empezó a besarle por todos los lados al grito de "Hombre, primo, ¡cuánto tiempo sin verte!". Se montó una considerable.
Unos días después, se volvieron a cruzar por los pasillos y de nuevo se abalanzó sobre él a besarle al grito de "No te lo vas a creer, primo, ¡el otro día me encontré un tío que era exactamente igual que tú!".
No recuerdo exactamente dónde leí la anécdota. La censura cinematográfica durante el franquismo iba a ser el tema de mi tesis doctoral. Francisco Ortiz fue uno de los primeros censores después de la Guerra, allá por los principios de los 40. Por eso se me quedó la historia en la memoria.
Trimbolera, fue ayer pero ya hace cuatro décadas :)
Diego, gracias por la información. Tronchante Tip, como siempre.
Gracias por comentar.