Allan Poe, aprendiendo a sumar en el cementerio

Roberto Bolaño escribió en su momento una lista de consejos para escritores, en los que recogía qué autores había que leer y qué autores eran prescindibles e incluso contraproducentes. En dicha lista Bolaño afirma: “La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra”. No podemos pasar por alto sus crímenes de la calle Morgue, el escarabajo de oro, el cuervo, el barril de amontillado… y no en vano Poe se suele asociar con cuentos macabros y terroríficos.

Y digo no en vano porque Poe fue un niño huérfano y fue acogido por una familia con cierta comodidad económica. Se formó en un internado cuya clase lindaba con un cementerio. El profesor de matemáticas, quizás por la falta de libros y otros recursos, solía sacar a los alumnos de la clase y hacerlos pasear por entre las lápidas. Los muchachos debían elegir una lápida y calcular la edad a la que había fallecido aquel que estaba bajo tierra, restando las fechas de nacimiento y defunción que figuraban en la tumba.

Pero no acaba ahí la relación entre aquellos jóvenes, entre los que se encontraba Edgar Allan Poe y el cementerio del internado, ya que eran ellos, lo niños, los que cavaban las tumbas cuando algún miembro de la parroquia moría y era enterrado en aquel lugar.
Con estas vivencias en la juventud de Poe, no es de extrañar que su cabeza diera lugar años más tarde a algunas historias que hoy, casi dos siglos después, siguen siendo referencias en el mundo del terror y el misterio.

Quizás les gustaría repasar otras curistorias sobre Poe, capaz de predecir el futuro y de generar un ritual en torno a su tumba durante años.

Fuente: Vidas secretas de grandes escritores, de Robert Schnakenberg

7 comentarios en “Allan Poe, aprendiendo a sumar en el cementerio”

  1. Madre mía, lo que se hace para ahorrar.

    Pero yo, de anécdotas de Poe, me quedo con la estrategia para librarse del servicio militar. Esa en la que le mandaban llevar unos guantes blancos, una gorra y un cinturón con un sable (no recuerdo si algo más) y así se planto, SÓLO con eso.

  2. A mí me contaron una anécdota, que no sé si es cierta o no, pero que viene bastante al caso.
    Resulta que los padres de Poe, antes de nacer este, tenían otro hijo que falleció muy pequeño y que, oh sorpresa, se llamaba Edgar Allan.
    Los padres de nuestro córvido escritor lo llevaron más de una vez al cementerio (vamos a suponer que antes de morir :p) y él se quedó realmente (¿y góticamente?) impresionado al ver su propio nombre escrito en una lápida.

  3. Gary, Ali, gracias por el comentario.

    Jokin, según he leído, el Allan proviene de sus padres adoptivos (quedó huérfano a los tres años), así que no sé si será cierta esa leyenda.

    David, eso seguro. Recomiendo un libro de Matthew Pearl titulado "La sombra de Poe" que narra su vida y especialmente sus últimos días. Eso sí, me gustan las obras de Pearl y este es su libro más flojo. Aún así, recomendable.

    Saludos.

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