Juan XII fue Papa de la Iglesia Católica unas décadas antes del fin del primer milenio, concretamente entre el año 955 y el 964. Fue nombrado a una edad muy temprana, cuando contaba con tal solo dieciséis años. Según las crónicas de la época, era un hombre sin interés por el mundo religioso y amigo de los placeres mundanos. Esto, unido a una nula formación, hicieron de su pontificado un absoluto desastre dirigido por la guerra y el ansia de riqueza.
Todo un pájaro este pontífice, que tuvo un final acorde a su vida. El 14 de mayor del año 964, el Papa Juan XII fue asesinado por un marido ofendido, ya que nuestro protagonista tenía una aventura con su mujer. Según parece, el cornudo sorprendió a la pareja en el lecho y allí mismo acabó con Juan XII. Otra versión, un poco más benévola con el pontífice, aunque no mucho, narra que falleció de un problema físico, una apoplejía, mientras compartía cama con una dama. Piensen mal en torno al «compartir cama» y acertarán.
Me encanta tu Blog! =)
Gracias Japa 🙂
Piensen mal y acertarán.
Entrada brutal, en el buen sentido.
Gracias Nienor por el comentario.
Y por lo que recuerdo no fue el único que murio en la cama en similares circustancias.
Un saludo
Tendré que indigar un poco en ese tema 🙂
Gracias Terminus.
Leyendo esta entrada me acaba de venir a la mente una cosa que lei hace tiempo sobre un papa que murio en extrañas circunstancias. Con el paso del tiempo unos investigadores hicieron un "escaneo" a su tumba (ya ke la exhumacion y la autopsia estan prohibidas) y aparecio un clavo en su craneo. No me acuerdo ahora donde lo lei ni el nombre del papa (la memoria no es lo mio).
Sabes algo de esto? Es cierto?
Jasco, el Papa del que hablas fue Celestino V y el supuesto asesino era un hombre de Bonifacio VIII, su sucesor. Pero parece que todo es una leyenda.
Saludos.
gracias!
oye para cuando el ebook en otras plataformas? por ese precio tengo ganas de pillarmelo y colaborar, pero comprarme dispositivo por 99 euros… como ke no… jajaja
En breve, en breve. Estoy trabajando en ello, pero el tiempo me come los días sin verlos.
Un saludo 🙂