La curistoria de hoy nace de un correo electrónico que me envió hace unos días FranciscoPJ, comentándome lo que les voy a contar que además está tomado de su blog: Medicina Joven.
En el año 1881 estaba en plena construcción la primera versión del Canal de Panamá por parte de una empresa francesa denominada Compañía Universal del Canal de Panamá. Entonces se dio allí el primer caso de fiebre amarilla que se llevó a un obrero a la tumba.
Aquel primer caso no fue más que el comienzo. Al poco tiempo los enfermos y los fallecimientos se contaban por miles. Una vez que fue conocido este tema, los sueldos cotizaron al alza para que nuevos obreros sustituyeran a los muertos. Los números asustan: 168.000 trabajadores; 52.000 enfermos de fiebre amarilla. Y lo peor es que no conocían realmente las causas de la propagación del mal. Nueve años más tarde, varias razones llevaron al fracaso a esta primera intentona de construcción del canal.
En 1904 los norteamericanos pagaron a los franceses y se dispusieron a continuar con la empresa. Para poner todo en marcha, una de las cosas que hicieron fue intentar buscar la causa de la enfermedad y ponerle coto. El coronel William Crawford Gorgas, jefe de sanidad de la obra, comenzó a preparar la zona. Los médicos de la obra insistían en que era necesario sanear la zona y erradicar los mosquitos antes de la llegada masiva de trabajadores. A pesar de todo esto la fiebre amarilla volvió. Y entonces comenzaron poner mallas en las ventanas y puertas, fumigar, eliminar y sanear zonas con agua… y así evitar que proliferara el mosquito Aedes Aegipty, mosquito transmisor de este mal.
Todo aquello funcionó y en noviembre de 1905 se había erradicado la fiebre amarilla. Pero no así la malaria. Gorgas, el jefe médico de la obra, cuando conoció que el mosquito Anófeles, responsable del contagio de la enfermedad, no puede volar muy lejos sin posarse en la vegetación, hizo limpiar una buena zona de seguridad alrededor de la obra. Finalmente, también este combate fue ganado.
Resumiendio, se hicieron un buen número de obras para poder erradicar la fiebre amarilla y la malaria y así poder llevar a buen término la obra básica e importante: el canal de Panamá.
Me encanta esta entrada que además trata sobre mi especialidad, la salud laboral. Gracias.
Para más Curistoria, los panameños de aquellos días eran inmunes a las dichosas enfermedades, debido a centurias conviviendo con tamaña amenaza. Lo de inmune no sé si se usa, lo cierto es que su sangre ya venía con el anticuerpo requerido. Y todavía hay gente que se pregunta si la Naturaleza es realmente sabia.
Panamá era un país poco poblado (aún hoy lo es) y con mano de obra escasa. Por ello importaron tanta gente que vino a cavar el canal y de paso a cavar su propia tumba.
Luego de más de un siglo de la "erradicación" las generaciones de panameños perdimos los dichosos anticuerpos. Menudo precio pagamos por unir al Mundo.
Saludos desde una oficina frente al Canal De Panamá
Gracias amigo por ese buen comentario.
Hola, si bien es cierta la historia; en ella omitieron a que la erradicación de la fiebre amarilla fue gracias a un médico cubano quien fue el descubridor del agente transmisor de la enfermedadquillsan: Carlos Juan Finlay Barrés
Gracias por el apunte.
Aunque la historia tiene sus partes reales, no es del todo cierta, los invercionistas ademas de tomar todas esas medida no pudieron herradicar del todo la plaga hasta que fueron a cuba a a buscar la vacuna que habia producido e inventado el doctor Carlos J. Finlay
Aunque la historia tiene sus partes reales, no es del todo cierta, los invercionistas ademas de tomar todas esas medida no pudieron herradicar del todo la plaga hasta que fueron a cuba a a buscar la vacuna que habia producido e inventado el doctor Carlos J. Finlay
Gracias Rolando por el apunte.
En mi pais Bolivia se dice que los medicos tradicionales callawayas tendrian algo que ver en la curacion de esas enfermedades
Los calawayas trajeron la quinina.