Wellington, el famoso militar británico, fue un tipo que a pesar de no tener implicación directa en la primera línea de fuego, siempre anduvo cerca de la misma y milagrosamente nunca fue herido de gravedad. Montado en su caballo Copenhagen no pocas veces se movió entre las bombas y los disparos enemigos. Esto ya muestra una forma curiosa de afrontar la guerra y la lucha desde su rango, pero veremos más detalles a continuación.
En la batalla de Waterloo, se vio envuelto en el fuego enemigo y cuando los proyectiles levantaban la tierra a los pies de su caballo peligrosamente cerca, le comentó a los oficiales que le acompañaban: “Caballeros, estamos demasiado juntos. Es mejor que nos separemos un poco”.
Más tarde, aquella misma jornada, un oficial le pidió permiso para disparar una batería inglesa contra Napoleón y sus ayudantes, ya que los tenían dentro de su alcance. Wellington le contestó: “No, no lo permitiré. No es labor de los comandantes el dispararse entre ellos”.
Fuente: Military’s strangest capaigns and characters, de Tom Quinn
O es que era muy caballeroso con sus rivales, o un perezoso de cuarta.
Un abrazo
Guerra es guerra y si Wellington leyó "el Arte de la Guerra" de SunTzu, parece que no entendió la historia del duque de Sung (del año 638 a.C.).
😉
Don Matu, creo que más bien lo primero.
Johan, gracias a Dios SunTzu no cobra derechos… sería más que millonario 🙂
A propósito de Sun Tzu quisiera hacer un comentario aprovechando una cita de Isaac Asimov en "La última respuesta":
-Eso suena a filosofía oriental -dijo Murray-, algo que parece profundo percisamente porque carece de significado.
Lo siento, pero "El arte de la guerra", leído con ojo crítico y sin predisposición previa al deslumbramiento, no pasa de "cuento chino".
Saludos.
Antropo… quizás tengas razón. O quizás lo más simple oculte las reflexiones más complejas.
De hecho, de un modo u otro, seguro que se puede sacar una lección del libro de Sun Tzu que te de la razón 🙂
Saludos.