Si yo les dijera que Juan Alló, un torero nacido en 1897, murió a causa de la botella, no estaría faltando técnicamente a la verdad y ustedes entenderían que era un borrachete al que el vino le costó la vida. También podría decirles que murió a consecuencia de las heridas recibidas en la plaza de toros. Tampoco en este caso faltaría a la verdad del todo y les llevaría a entender que un toro le corneó en la plaza y que no pudo salir de aquel trance.
Y siendo lo uno y lo otro cierto, la verdad dista de ser la que uno imaginaría con la información sesgada. El caso es que “Nacional II”, nombre artístico de Alló, asistió como espectador a la plaza de toros de Soria y durante la tarde, cuando el público abroncaba a los que estaban en el ruedo, en concreto a Emilio Méndez, salió en defensa de este. La bronca fue a mayores y un hombre arrojó una botella a Alló, atizándole en la cabeza. No le parecieron a los médicos de la plaza las heridas graves y acabó detenido y en la cárcel, donde comenzó a encontrarse mal. A pesar de ser trasladado al hospital finalmente, el torero “Nacional II” acabó muriendo.
El espectador fue condenado por aquello a seis años de cárcel, pero se le acabó conmutando la pena por un destierro de la ciudad de Soria.
Resumiendo, que Nacional II, torero, murió a causa de las heridas recibidas en la plaza, y también por causa de la botella. Concretamente, de la botella que le pegó en la cabeza.
El torero en cuestion es Juan Anllo y Orrio (1897-1925) y el tragico suceso tuvo lugar en Soria el 4 de octubre de 1925.
Te felicito por el blog. Muy buenos articulos.