En tiempo de guerra… hacienda no somos todos

Hoy voy a utilizar dos frases muy conocidas y totalmente dispares para componer la curistoria. La primera es que “Hacienda somos todos” y la segunda es “en tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera”. La primera proviene de una gran campaña de la Hacienda española, pagada con nuestros impuestos, para convencernos de que pagar impuestos es algo bueno. A mí no me convencieron, lamentablemente. La segunda frase yo siempre la he escuchado con un doble sentido un poco impropio para ser detallado en esta entrada, pero ya se imaginarán ustedes lo que quiere decir.

Comenzaremos por la segunda parte, la del agujero como trinchera. Inglaterra, 1940, plena batalla de Inglaterra y Londres machacada por los bombardeos alemanes. Ya les he comentado a ustedes en otras ocasiones los apuros que se pasaron para conseguir materias primas con las que alimentar la maquinaria bélica británica. Cualquier ayuda era buena.

Una de las necesidades más vitales de aquella industria era el hierro. Y puestos a sacar hierro de cualquier lado, los londinenses vieron cómo las vallas del parque de Battersea eran desmontadas y puestas a disposición de las autoridades para su fundición y para ser convertidas posteriormente en armas.

Hasta aquí, como decía, tenemos la referencia a la primera frase: “en tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera”. Es decir, en tiempo de guerra (literalmente) se utiliza cualquier recurso posible, y las prioridades son claras. De hecho, este parque también fue utilizado como huerto para conseguir algo de producción de vegetales.

Vayamos a por la segunda parte. Después de ver el estropicio de las vallas en Battersea, dos hombres, al parecer de escala social no muy elevada, protestaron airadamente contra aquella medida. Para ser justos, matizaremos que en realidad no protestaban contra aquella medida sino contra la parcialidad de la misma. Lo que venían a decir es que se estaban quitando las vallas del parque pero las vallas de las casas de los ricos seguían en su sitio. Por supuesto, unas eran públicas y otras no. Pero en cualquier caso, y a pesar del dicho de “hacienda somos todos”, esto no acaba de ser del todo cierto. Ni entonces, con el aporte de vallas al hierro bélico, ni ahora, con el aporte monetario a la caja pública.

8 comentarios en “En tiempo de guerra… hacienda no somos todos”

  1. Perdone que sea un poco tiquismiquis, pero… no está cometiendo un error de lógica para llegar a la "moraleja" de la historia? (impuestos = malos). La historia de los ingleses protestando contra la fundición de las vallas de Battersea me suena, más bien, a apología de los impuestos. Al fin y al cabo, su propuesta fue usar los bienes privados de los miembros más acomodados de la sociedad para el esfuerzo bélico de todo el estado, en lugar de sacrificar los "bienes comunes". ¿Eso no es precisamente pedir más impuestos?

  2. ¿"Menos" de las clases pudientes? ¡Pero si son CLASES PUDIENTES, no precisamente desfavorecidas! ¿Desde cuando son ellos, los mandos militares, los fabricantes de armas, los políticos, los empresarios, quienes más sufren las guerras? ¿No serán los mayores damnificados los pobres, los que viven el hambre y la escasez, los que aguantan los bombardeos, los que son reclutados y obligados a lanzarse a su muerte en primera línea?

    Las clases pudientes son quienes mandan, quienes se salen con la suya más a menudo, quienes realmente controlan la economía y la política, quienes deciden ir a la guerra en primer lugar. De verdad, espero que sea un lapsus linguae, porque si no, menuda canallada acaba de soltar, Javier.

  3. Yo diría que Hacienda somos todos… unos más que otros; tanto en tiempo de paz como en guerra, y así debe ser, pues los estados deben procurar la redistribución de la riqueza, y que el que más tiene más cotice. Y no olvidemos que a lo largo de la historia las guerras las han comenzado los poderosos, pues han sido siempre un buen negocio, y las han perdido los pobres.

  4. Como comprenderás ha sido un error,quería decir que las clases pudientes son quienes menos lo sufren, tanto en tiempos de paz como en las malditas guerras.
    Lo siento Anónimo, como decía mi abuelo "hasta lo genios fallamos", jejeje
    Un saludo

  5. "Anónimo", yo creo que ellos iban en contra de los impuestos. Pero puestos a asumir que es algo fijo en la vida, como dice la famosa frase, pedían "colaboración" de todos. De ahí el sentido de la frase tal y como la aplico.

    Javier, nunca, nunca… llueve a gusto de todos.

    Juan Luis, eso de que Hacienda somos todos… no lo tengo yo muy claro. Lo que sí tengo claro es que yo soy más Hacienda de la que quisiera viendo cómo se gastan mis impuestos.

  6. Pues bueno, no paguemos impuestos y que las carreteras se construyan solas, ¿No?

    El problema no son los impuestos (que son necesarios, y deben ser altos), si no que en este país se hace un uso execrable de los mismos.

  7. Ese es el sentido. Únicamente cuando estés seguro de gastar con rigor y seriedad cada euro de los impuestos, puedes recaudar más.

    En cambio, en este país (y me temo que en casi todos), los políticos son un poco manirrotos en los gastos y además lo hacen sin mucho talento. Eso sí, cuando no se dedican directamente a robar.

    ¿Ejemplos? Basta abrir cada día los periódicos.

    Saludos.

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