Los años de la postguerra española fueron tremendamente duros para el país. Asolada por la guerra, una sociedad hambrienta y aún jadeante de odio se enfrentaba además a un entorno sin recursos y sin industria. Como no podría ser de otra forma, una de las soluciones pasó por el racionamiento de casi todo. Esta sociedad es un caldo de cultivo perfecto para el ingenio y los audaces, pero también es el agua en el que nadan mejor los estafadores, los corruptos y los tiranos. Uno de estos estafadores es nuestro protagonista de hoy y es famoso por estafar, nada más y nada menos, que al mismísimo Franco.
La escasez de carburante era agónica y surgieron mil inventos que intentaban aprovechar cualquier materia para obtener un sucedáneo del combustible. En este panorama hizo aparición un tipo llamado Albert Elder von Filek, de origen austriaco, que ofreció un invento que permitiría a España producir tres millones de litros diarios de carburante. Esto suponía mucho más que un poco de aire para España.
El carburante de Filek era mejor que el habitual y mejoraba el funcionamiento del automóvil. Además, sus materias primas eran sorprendentemente baratas y abundantes: agua, fermentos de plantas y un ingrediente secreto. Amigos, qué gran idea la del ingrediente secreto. Evitaba que pudieran copiar la fórmula esos impíos enemigos de “la reserva espiritual de occidente” y también declaraba al inventor como imprescindible y casi un semi-Dios.
Franco agasajó al austriaco y le pagó bien para que se pusiera manos a la obra. Hasta llegó a publicarse en el BOE algo al respecto. Filek se inventó una historia de odio a los rojos porque lo habían maltratado y decía que estaba al servicio de España y de Franco, por ideales, no por dinero. Los periódicos y Franco ya hacían alarde de la buena nueva con bombo y platillo.
Filek no supo retirarse a tiempo y fue descubierto. Acabó en una cárcel por estafador al tiempo que, curiosamente, desaparecían todas las noticias y comentarios al respecto del nuevo combustible. Por supuesto, sin explicaciones. No era posible que España supiera que habían engañado a aquel que se había autoerigido como su salvador.
Tenía que haberse ido por patas en cuando dijo que tenia esa fabulosa mezcla magistral.
¡Qué fallo!
Pues si acabó en la cárcel tan bien no le salió la jugada como había pensado…
Tendría que haberse largado en cuanto cogió la pasta.
Un saludo.
A este le salio mal , pero muchos listillos de este tiempo hicieron grandes fortunas que todavía estan hoy.
Saludos desde Malaga.
Gracias por esos comentarios. Cuando apuestas fuerte… es posible que los pierdas todo. O que lo ganes.
Saludos.
Ya lo dijo Woody Allen, toma el dinero y corre. Saludos.
Cati, tienes razón. Pero no lleves una pistola hecha de jabón :)
Franco llegó a anunciar en un discurso radiofónico que "pronto España iba a convertirse en un gran exportador de gasolina"… en el engaño también estuvo metido el chofer del generalisisimo que le dijo que su propio coche ya funcionaba con el nuevo combustible.
Ciertos esos datos que comentas Jose Luis y mil gracias por compartirlos.
Saludos.
http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1940/01/21/pagina-6/33122294/pdf.html
Un enlace dónde se puede leer la página de la Vanguardia que publicaba el descubrimiento milagroso del tal Filek y la inversión que iba a realizar el Estado para financiarla.
Lo mas gracioso de este carburante es que la grasa que surgía de su combustión además de servir para lubricar el motor desprendía agradable olor
Algo bueno debía tener, al menos el olor :)