Durante el Tercer Reich, cada semana, el mismo día, llegaba un paquete del tamaño de una caja de zapatos a la cancillería en Berlín. Este paquete era conducido inmediatamente a las cocinas y este paquete llegó sin problemas hasta los últimos días del Reich. El paquete contenía una hogaza de pan de pueblo que una mujer que vivía en el campo hacía a mano. Hitler probó este pan en uno de sus viajes y desde entonces no quería prescindir de él en su escasa dieta vegetariana (casi siempre).
Cada día nos sorprendes con estas pequeñas historias muy interesantes. Saludos!
Mucha gracias Budokan por tu comentario, me alegro que te guste el blog :)