En Esparta, no sólo los ciudadanos o iguales se preparaban toda su vida para la batalla, sino que también las mujeres tenían su parte. Por supuesto, su obligación era dar hijos varones válidos para la guerra. Los que no eran válidos, acaban muertos. Eran despeñados, literalmente, porque no servían para mayor gloria de Esparta.
Según parece, cuando un espartano partía hacía su primera batalla, su madre le entregaba el escudo y le decía: «Con esto o sobre esto». Es decir, o vuelves victorioso, o vuelves herido o muerto sobre tu escudo. Y claro, una madre es una madre.
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y luego les decían eso de ¡¡Y no me vuelvas tarde!!
¡¡Y no bebas!!
... no hables con extraños y, sobre todo, abrigate por la noche
No recuerdo dónde leí u oí, que al seleccionar quién volvería a Esparta antes de la batalla de Termópilas, uno de los criterios fue la descendencia. El que no tuviera hijos volvería, y el que tuviera hijos, y por tanto ya tenía asegurada su descendencia, moriría allí.
Un poco chocante con la mentalidad de hoy, ¿verdad?
Saludos,
Vidia.
Gracias Vidia. No es lo más extraño que se cuenta de aquellos hombres.