
En mi libro sobre la historia de la criptografía, cuento el final de María Estuardo y cómo se descubrió su plan de huida y sus colaboradores. Todo por la ruptura del código que usaban para comunicarse los conspiradores con la reina escocesa. Hoy les cuento la historia de otro de sus intentos de fuga. Cuando María Estuardo fue descubierta por sus manos tersas cuando huía disfrazada de lavandera, un detalle que no se le escapó a un barquero curioso.
María Estuardo, que nació en 1542, era hija de Jacobo V y fue nombrada reina de Escocia a los pocos días de nacer. Ella vino al mundo el 8 de diciembre y su padre lo dejó el día 14 del mismo mes. Así llegó al trono ella siendo un bebé. Su vida fue una tragedia, en gran medida, pero tan apasionante que autores como Dumas o Stefan Zweig (afiliados) escribieron su biografía.
María Estuardo fue descubierta por sus manos tersas cuando huía disfrazada de lavandera, pero finalmente huyó disfrazada de sirvienta
La cuestión es que en 1567, tras la batalla de Carberry Hill, que se llama así aunque en realidad no hubo batalla, fue hecha prisionera. En las negociaciones previas al combate, María se entregó y acabó encerrada en el castillo de Lochleven, en Escocia. Allí fue forzada a abdicar en nombre de su hijo, Jacobo VI, que todavía era un niño de poco más de un año. La reina, por supuesto, trató de escapar.
La primera vez que trató de fugarse se disfrazó de lavandera para pasar desapercibida y consiguió salir del castillo. Llegó hasta una barca que debía llevarla lejos, pero el barquero reparó en que sus manos no eran las de una lavandera, sino más bien las de una mujer noble. Demasiado suaves y bien cuidadas para haber estado retorciendo ropa mojada en las aguas frías escocesas. Ese simple detalle arruinó el intento.
Hubo otro intento fallido, según parece, porque una de sus sirvientas se hizo daño en la huida. Al fin y al cabo, uno no conseguía en esa época tener las manos tersas sin sirvientas que se las estropearan a cambio. Y por eso María viaja acompañada, hasta cuando huía.
Cuando consiguió escapar, fue para acabar al poco tiempo de nuevo prisionera, y esta vez durante décadas
Pero a la tercera va la vencida y esa tercera vez sí que María alcanzó su objetivo. Lo hizo disfrazada de sirvienta y en barca. Por supuesto, acompañada y ayudada por otros que le abrieron puertas y le permitieron salir del castillo de Lochleven durante una fiesta. Esta vez el barquero era otro. De hecho, era uno de sus afines.
El 2 de mayo de 1568 fue el día en que tuvo éxito en sus planes de evasión. Poco después consiguió ponerse al frente de un ejército de miles de hombres y presentar batalla a sus enemigos. Fue en la batalla de Langside, el 13 de mayo. No consiguió nada, porque su bando fue derrotado y tuvo que escabullirse hacia Inglaterra en un bote de pesca.
Allí no fue del todo bien recibida, porque si bien era pariente de la reina Isabel I, también era una potencial amenaza para el trono inglés. La cuestión es que volvió a verse custodiada en varios castillos. Supongo que, aun estando presa, no tuvo que trabajar demasiado y siguió teniendo unas manos aristocráticas. En esa situación de prisionera con sirvientes y ciertos lujos estuvo casi las dos décadas siguientes de su vida. Viida que acabó el 8 de febrero de 1587 cuando le separaron la cabeza del cuerpo.