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Blandir la espada, de Richard Cohen

En las últimas semanas he estado leyendo el libro Blandir la espada, de Richard Cohen (afiliado), con asombro y entusiasmo. La colección de personajes e historias en torno a la esgrima, en su concepción más amplia, que nos ha ido dejando la historia es enorme. Y, como digo, asombrosa. Y este texto la recoge y ordena para mezclar erudición y profundidad con divertimento. Consigue así embelesarnos, entretenernos y pensar cada pocas páginas, ¡madre mía!.

Blandir la espada, de Richard Cohen, va de los samuráis a Napoleón, de los duelos a la moda, de  D’Artagnan a La princesa prometida

Dice Richard Cohen que no estrechamos las manos al saludarnos para indicar que no vamos a recurrir a nuestras espadas. Que los hombres ofrecen a las damas el brazo derecho, cuando caminan unidos, porque durante un tiempo llevaban una espada en la cadera izquierda y eso hubiera molestado el paseo. Que los abrigos de los hombres se abrochan superponiendo la parte izquierda a la derecha, para que en un enfrentamiento pueda desabrochárselo con la mano izquierda mientras con la derecha sostiene el acero.

No solo eso, cuenta que los dos grupos principales de la Cámara de los Comunes británica están separados por una distancia exacta de dos hojas de espada. Que cada miembro del parlamento tiene en su armario, aún hoy, una lazada de seda para colgar su arma. Que los españoles, en el siglo XVI, comenzaron a usar las conocidas como espadas roperas, denominadas así porque se llevaban con total normalidad con la ropa de civil.

Podría seguir acumulando aquí detalles tomados de este libro en torno a los sables, floretes y compañía, su uso y su influencia en la sociedad. Temas relacionados con la vida civil, porque Cohen parte de la esgrima y recorre la historia con ese punto de mira. Por lo tanto, no hay tanto interés en el uso militar de la espada, en la época medieval, por ejemplo, pero en cambio está todo su peso en los duelos y en las escuelas de esgrima de los siglos posteriores.

Es imposible no sentirse fascinado por la liturgia en torno a la fabricación y el uso de la espada

Como es lógico, muchas páginas tratan sobre espadachines asombrosos y pendencieros, que pasaron la vida retando a duelo a unos y otros. Sobre profesores míticos, caballeros o tramposos. Hay germen para mil novelas en estos tipos que vivieron sus días con intensidad, enfrentándose cada poco tiempo a una situación en la que a unos centímetros de su cuerpo había una punta de acero que podía significar el final de todo. Y también hay novelas y cine, porque tan relevante ha sido este objeto en la historia que Cohen habla de su presencia en la literatura, en el cine, en el nazismo, en el deporte…

Por supuesto, tiene su parte dedicada a la forja y la creación de los aceros. Hace unos días hablábamos de que los ingleses llaman bilbo a las espadas porque venían de Bilbao, y sobre las fábricas espaderas en Toledo. En la Alta Edad Media japonesa, las hojas recién creadas se probaban en cadáveres de criminales. Que no podían ser asesinos ni haber tenido alguna enfermedad cutánea. Supongo que en esos casos se consideraba que el cuerpo que iba a ser partido en dos podía corromper la espada, que era algo casi religioso.

Es imposible no sentirse fascinado por la liturgia de esos forjadores, de los duelos y de los esgrimistas de los siglos pasados. Es imposible no embelesarse por las historias y mitos que se suceden por decenas en las 700 páginas del libro.

Richard Cohen, británico, es editor y escritor, además de esgrimista. Ha competido en cuatro Juegos Olímpicos y ha editado a John Le Carré, entre otros además de escribir varios libros y multitud de artículos para The New York Times o The Wall Street Journal. Esta nueva versión revisada y actualizada acaba de ser publicada por Ático de los libros, magníficamente editada, como es habitual, y con traducción de Patricia Antón de Vez.

Manuel J. Prieto

Ver comentarios

  • Me gustaría saber si el libro incluye información sobre el "machete" y todas sus variantes; que aunque es herramienta de trabajo siempre se usó y se sigue usando como arma y todavía hay quienes lo portan consigo en todo momento. Mi abuela tenía varios de diversa forma y tamaño adecuados a los diversos usos y durmió siempre con una peinilla, machete de menor tamaño y ancho que el habitual, debajo de su almohada. El machete tiene amplia historia relacionada con las luchas independentistas de Latinoamérica.
    Por cierto, Rambo e Indiana Jones son algunos de los personajes de ficción que utilizaron machetes, así como el icónico Isador "Machete" Cortéz, personificado por Danny Trejo. El machete igualmente es usado por diversos personajes de videojuegos.

    • No, el libro trata de al espada y la esgrima. El machete podría encajar lateralmente, pero queda fuera de las intenciones del autor.
      Saludos.

      • Gracias por la respuesta. Debo agregar que el uso del machete como arma también tiene su esgrima, sus figuras y técnicas, las cuales se muestran de manera simulada en La Batalla, introducción previa a los siete sones del Tamunangue, escenificación musical y religiosa del estado Lara en Venezuela.

        El Tamunangue fue declarado Patrimonio Cultural de Venezuela, y actualmente está en proceso de postulación para ser reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la UNESCO.

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