Sólo el hecho de que un gran pintor como Velázquez retratara a uno en su tiempo, a la postre le ha asegurado pasar a la historia. Son incontables los hombres que han deseado de un modo u otro ser recordados más allá de su muerte, quizás para huir de esta. Ser retratado por Velázquez, entre otros, asegura esa permanencia en el mundo. En ese listado esta nuestro protagonista de hoy, Juan de Pareja, el esclavo de Velázquez que pasó a la historia como pintor. Además de por ser retratado por su amo y maestro.
Su vida es confusa hasta que se relacionó con Velázquez
Juan de Pareja, nacido en Antequera hacia el año 1610, era morisco y esclavo. Como era de esperar, de su infancia se sabe más bien nada y hay poca certeza sobre dónde y cuándo nació. Así, también se habla de Sevilla y de 1604. Trabajó para Velázquez como esclavo, preparando pigmentos y ayudándole en labores similares para que el artista aprovechara mejor el tiempo. Pero además de esto, como veremos, de Pareja aprendió mucho más.
En la década de 1640 aparece su nombre unido al de Velázquez en algunos documentos oficiales, sobre pleitos en los que el amo se vio envuelto. Ambos viajaron juntos a Roma en 1649 y allí Velázquez le hizo un retrato que, directamente, como decía al principio, lo habría de llevar a la posteridad. Es la imagen que encabeza esta entrada y que muchos conocerán. Esa obra está hoy en Estados Unidos, en el Metropolitan Museum de Nueva York. El viaje a Roma dio lugar también al retrato de Inocencio X, una obra muy viajera.
Cuando recibió la libertad comenzó a pintar y firmar con su nombre
En 1650, poco después de pintar ese cuadro, Velázquez firmó el documento que le otorgaba la libertad, si bien tenía una condición. Juan de Pareja sería libre en cuatro años a partir del 23 de noviembre de 1650, fecha del documento, siempre que no huyese en ese tiempo ni cometiera algún crimen.
Por fin, en 1654, en Roma, Velázquez le concedió la libertad, y a partir de ese momento Juan de Pareja comenzó a pintar sus propias obras y a firmarlas. Siguió no obstante ligado al entorno del artista. Sus obras, como es lógico, tienen similitudes con las del propio Velázquez, y su nivel es notable, a juzgar por lo que dicen los expertos. Esto le ha permitido también escribir su propio nombre en la historia del arte, y no sólo como uno de los retratados por Velázquez.
Hoy comparte museo con Velázquez
Tanto es así que en el Museo del Prado hay dos obras de Juan de Pareja. El Bautismo de Cristo y La vocación de San Mateo, de 1661. Para entonces Velázquez ya había fallecido y de Pareja siguió mejorando y adaptando su forma de pintar a lo que el momento demandaba.
Por si fuera poco el retrato de su maestro y amo, en La vocación de San Mateo, que pueden ver arriba, el autor se pintó como uno de los personajes que asisten a la escena de San Mateo, en el extremo izquierdo. En la mano sostiene un papel en el que firma y data la obra. Así, Juan de Pareja, que estaba destinado en un primer momento por la historia a no dejar rastro en ella, sigue presente en el mundo 350 años después de morir. Lo hace gracias a Velázquez, pero también gracias a su propia mano y obra. Así, Juan de Pareja, el esclavo de Velázquez que pasó a la historia como pintor, comparte museo, y qué museo, con su amo.
Por cierto, hace unos años publiqué un relato de ficción titulado La última pincelada en Las Meninas, en el que fantaseaba con la persona que retocó el cuadro de Velázquez, una vez muerto este. No era clave en el relato Juan de Pareja, pero se sostendría en un relato de ficción que el esclavo moro fue quien pintó la Cruz de Santiago en el pecho de Velázquez en Las Meninas.
Fascinante reportaje sobre este esclavo d Velazquez, del cual soy un fan por decirlo asi, para mi es el mejor d todos los tiempos y esta historia no la sabia, muy curiosa e interesante gracias.
Gracias Camilo por comentar.
Es una gran pena que en los libros de texto, no se haga mención de este pintor.
Que comenzo su andadura; como esclavo de Velazquez y finalizo como un gran maestro.
Hoy en dia, las personas admiran sus cuadros sabiendo se que trata de Juan Pareja.
Pero nadie sabe que era NEGRO MORISCO.
Los negros tambien hemos dejado huella. Y no es una excepción.
Algún día con los permisos pertinentes, iremos al Museo Nacional del Prado a mostrar nuestro respeto y nuestra admiración, con el mayor número de africanos y dejar constar, que nuestra presencia, no llego ahora en el siglo XXI, solo en patera.
Muy interesante la vida y obra de Juan de Pareja, no por ser negro se le va a negar su brillante paso por la historia, ya que por calidad artística le sobraba. Y en cuanto a lo de los libros de texto de acuerdo contigo, hay muchos temas que han sido ignorados, un saludo