Todos conocemos a Gutenberg como al padre del libro impreso. Hasta él, solemos pensar, todos los libros eran manuscritos. Con su invento de la imprenta de tipos móviles, en 1440, cambió la historia. Gracias a su invento se podían imprimir los libros usando la composición de las páginas letra a letra, con esos tipos móviles. Una vez compuesta cada página, esta podía imprimirse muchas veces, lo que significaba que ya no dependían los libros de la mano de una persona que fuera escribiendo. Pero lo cierto es que Gutenberg no inventó la imprenta, lo hicieron los chinos. Concretamente un hombre llamado Bi Sheng, varios siglos antes.
La importancia de Gutenberg y su invento en la humanidad es enorme, y con seguridad aparecerá en cualquier listado de hitos de nuestra historia. La imprenta llevó a una cierta popularización del libro impreso, sólo cierta, y eso hizo que los conocimientos y las historias llegaran donde antes no llegaban. Y el conocimiento se expande exponencialmente y como una bola de nieve. Es decir, sin Gutenberg y su imprenta el mundo hoy sería otro.
El Jikji coreano es el libro de tipos móviles más antiguo que se conserva
Si la obra impresa más importante en occidente, en aquel tiempo, fue la Biblia, no es de extrañar que en otros lugares los libros religiosos también fueran los primeros en imprimirse. Así ocurrió en Corea en 1377, casi 80 años antes de la Biblia de Gutenberg. Se imprimió entonces con tipos móviles el Jikji, un tratado budista. A pesar de ser coreano, está en Francia. Fue impreso por dos alumnos del autor del tratado, llamados Seok-chan y Daijam.
Este es el libro más antiguo impreso con tipos móviles, de los que han llegado hasta hoy. La UNESCO lo reconoció así en 2001. Pero no fue el primero en usar esa técnica. Esto prueba a ciencia cierta que Gutenberg no inventó la imprenta.
Bi Sheng, chino nacido en el año 990, es considerado el inventor de los tipos móviles. Comenzó usando madera para tallar lo que podríamos llamar letras. Más tarde probaría con porcelana y con metal. Por lo tanto, Bi Sheng se adelantó en varios siglos a Gutenberg, utilizando para imprimir algo parecido a las técnicas de grabado del mundo del arte. China siempre sorprende.
Primero madera, luego cerámica y finalmente, metal
Antes de llegar a componer letra a letra, se creaban páginas enteras. Sobre una madera se tallaban todas las letras de una página, al revés. Luego se aplicaba tinta y se presionaba un papel sobre la tabla entintada. Así, cada tabla era una página y se imprimían libros. De aquí a los tipos móviles hay un paso, y, como hemos visto, al principio se hicieron de madera y de cerámica, que ya era un producto suficientemente duradero. En resumen, en China, en el siglo XI, ya se componían libros con tipos móviles.
Corea fue otro de los lugares pioneros, como hemos visto. En torno al año 1234 el ministro Choe Yun-ui propuso usar los tipos móviles para copiar textos sagrados. Estos se habían perdido en Corea porque la única copia existente había sido quemada por los mongoles. Yun-ui tenía que copiarlos de nuevo, y se adelantó a Gutenberg en dos siglos y medio. Usando una técnica usaba para acuñar monedas y partiendo de las ideas chinas, creó los tipos móviles de metal.
En descargo de Gutenberg diremos que con toda probabilidad no conocía la existencia de la máquina china cuando ideó la suya. Es más, la revolución que supuso su invento es independiente de si fue el primero o no. En cualquier caso, sí hay personas que sostienen que estas técnicas de impresión viajaron por las rutas comerciales de oriente a occidente.