Parece que el 18 y el 19 de julio son días en los que la historia de España tiende a dejar marca. Un 18 de julio, por ejemplo, de 1821, Florida dejó de ser territorio bajo soberanía española y pasó a Estados Unidos. Ese mismo día, pero de 1898, Filipinas proclamó su independencia. Y el 18 de julio fue un día clave en el inicio de la Guerra Civil española, aunque el día anterior y el siguiente no son menos clave. Precisamente un 19 de julio, pero de 1808, tuvo lugar la batalla de Bailén, fecha clave en la Guerra de Independencia.
Pero si el 18 o el 19 de julio parece relevantes en la historia de España, quedan en nada cuando vemos qué ha ocurrido en la historia del siglo XX de Alemania los días 9 de noviembre. Estos detalles los he descubierto leyendo el libro La Alemania de Weimar, de Eric D. Weitz, del que acaban de publicar una nueva edición en Turner. Ya les hablaré otro día con mayor detalle de este recomendable libro, pero hoy, centrémonos en el 9 de noviembre alemán.
El 9 de noviembre de 1918 el káiser Guillermo II abdicó del trono en medio de una situación insostenible y con la revolución ya imparable. La marina se había levantado y tanto el ejército como miles de obreros lo pusieron entre la espada y la pared. El káiser dejó el trono y su país, rumbo a Holanda.
El 9 de noviembre de 1923 Adolf Hitler llevó a cabo el Putsch de Múnich, también conocido como el Putsch de la Cervecería. En este intento fallido de hacerse con el poder, los miembros del NSDAP fracasaron y acabaron en prisión, entre ellos, el propio Hitler.
El 9 de noviembre de 1938 tuvo lugar la Noche de los Cristales Rotos, la violenta acción contra los judíos y sus negocios por las organizaciones nazis y por parte de la población, mientras las autoridades no hacían mucho por impedirlo. Miles de judíos fueron atacados, mientras sus negocios y sinagogas eran destrozadas y saqueadas.
El 9 de noviembre de 1989 fue el día que cayó el muro de Berlín, después de casi cuatro décadas separando las calles de Berlín en parte oriental y parte occidental. Aquello fue el inicio del fin de la RDA, la República Democrática Alemana, y un cambio definitivo en Europa.