Se dice que Napoleón Bonaparte afirmaba que un ejército camina sobre su estómago, o lo que es lo mismo, que para que un ejército avance o incluso se mantenga quieto pero activo, es necesario alimentarlo bien. A veces esto es sencillo, los soldados saquean las mismas tierras por las que caminan y, otras veces, todo es más complejo. En los Alpes, durante la Primera Guerra Mundial, la logística no fue sencilla.
La guerra en los Alpes llevó los problemas de abastecimiento a un nuevo nivel. Ante las fuerzas austrohúngaras que tenían delante, los italianos siguieron una estrategia de subir cada vez a cotas más altas, desde las que trataban de dominar las posiciones enemigas. Los austrohúngaros también subían buscando esa ventaja, lo que provocó que miles de soldados acabaran pasando el invierno a más de 3.000 metros de altura.
No por estar allí arriba dejaban de necesitar comida, combustible con el que calentarse o municiones. Lógicamente a partir de cierta altura, el terreno se volvía imposible incluso para las mejores y más hábiles mulas.
Esto llevó a los italianos a instalar teleféricos para solucionar la logística. Lo más impresionantes de estos sistemas alcanzaron los 8 kilómetros de largo y un ascenso de hasta 1.500 metros desde el punto de partida hasta el punto más elevado de la instalación. Algunos, más sencillos, eran portátiles y se montaban y desmontaban para hacer algún transporte temporal y concreto. En estos casos incluso se utilizaba la fuerza de los hombres para mover los pesos. Y estos pesos podían ser piezas de artillería e incluso vacas, que se llevaban a las alturas como alimento.
En 1917, unos 530 teleféricos habían sido instalados por el ejército italianos. Hablamos de las instalaciones fijas, sin contar esas instalaciones móviles de las que hablábamos. Aunque lo más sorprendente sean las imágenes, que alguna hay, de vacas colgando de los cables en mitad de los Alpes, lo cierto es que lo que más me impresiona es el movimiento de las piezas de artillería.
Por cierto, a esta parte de la guerra, dominada por las alturas y la nieve, se la conoce como la Guerra Blanca y tiene un mérito extra, creo yo.