(El hombre de Vitrubio) |
La curiosidad, bien entendida, siempre es un camino interesante y recomendable, ya que lleva no conformarse con lo que se sabe o se ve, y anima a caminar en búsqueda de respuestas. Estas respuestas, a un buen curioso, deben llevarle a nuevas preguntas. Si hay un hombre al que podemos considerar como el gran curioso, el que tenía afán por saber todo de todos los ámbitos, ese sería Leonardo da Vinci.
No necesita presentación, el genio italiano renacentista, ni tampoco necesita que digamos una vez más que fue bueno en muchos campos y que se interesó por muchos temas y muy diferentes. Sin ir más lejos, aquí en Curistoria ya que hemos repasado varias veces algún hecho de su vida y trabajo. También se han escrito muchos tratados sobre su forma de trabajo y, en vista de lo que vamos a ver hoy, bien podríamos decir que se cumple en él eso que decíamos al comienzo de que la curiosidad lleva a preguntas y las respuestas dan lugar a nuevas preguntas, en un ciclo sin fin que es en realidad uno de los motivos de la vida.
Da Vinci se interesó e investigó mucho sobre el cuerpo humano, tanto desde un aspecto médico o anatómico, como desde un aspecto más relacionado con el arte, con la representación del cuerpo humano. Ahí tenemos El hombre de Vitrubio, por ejemplo. Fue cerca de la época en la que llevó a cabo ese trabajo, que data de 1487, cuando el italiano anotó en uno de sus cuadernos las preguntas o temas a investigar, que tenemos en la siguiente lista. Por cierto, esas notas, como era habitual, fueron escritas de derecha a izquierda.
- Sobre bajar los párpados.
- Sobre abrir los labios con los dientes apretados.
- Sobre [la expresión de] asombro.
- Por qué un niño de ocho meses, desde su gestación, no sobrevive.
- [Cómo funciona] estornudar.
- [Por qué] bostezar.
- La epilepsia.
- Temblar de frío.
- Cansancio.
- Hambre.
- Sueño.
- Deseo.
- Sobre el movimiento del codo a la mano.
- Sobre el nervio que causa el movimiento del muslo.
- La rotación de la pierna.
Es interesante pararse a pensar cómo un genio como Da Vinci, se interesaba por algo y se pregunta ¿cómo funcionará el cansancio? ¿Por qué temblamos de frío? ¿Cómo funcionará la rotación la pierna? Y a partir de aquí, buscaba las respuestas, algunas ciertamente sorprendentes e interesantes, entiendo yo, para un hombre de su tiempo. Todo un ejemplo a seguir.