Mi Kindle, un ereader de Amazon, tiene serie de imágenes que se muestran cuando está el dispositivo apagado, algo así como salvapantallas. La tecnología de este tipo de dispositivos no consume energía una vez que se ha pintado la pantalla y por lo tanto cuando se apaga se queda una imagen estática. Les cuento esto porque los salvapantallas que muestra mi dispositivo son retratos de importantes escritores, clásicos de la literatura anglosajona, la mayoría. Uno de esos retratos corresponde a Ralph Ellison, nuestro protagonista de hoy.
Ellison es un caso que habitualmente se cuenta cuando se habla del bloqueo del escritor, ya saben, de eso que les ocurre a algunos autores que frente a la página en blanco se quedan sin ideas o que llegados a un punto en su novela no saben cómo seguir. Nacido en 1914, su primera novela vio la luz en 1952 y lo convirtió en uno de los novelistas más importantes de su país. Ganó el premio National Book Award y subió al Olimpo de la literatura con tan sólo publicar una novela.
En 1994 murió, dejando inacabada su segunda novela, en la que según parece llevaba trabajando más de cuarenta años. Es cierto que lo que dejó escrito de la misma eran un par de miles de páginas y que un incendio quemó sus papeles y le hizo comenzar de nuevo, pero en cualquier caso no fue capaz de finalizar y publicar una segunda novela en décadas.
A pesar de todo ello su primera obra, El hombre invisible, sigue siendo una referencia obligada en la literatura de Estados Unidos. Pero, como decía, es el caso del que suele hablar cuando se discute sobre cuánto se tarda en escribir una novela o cómo se finaliza una novela cuando está atascada.
Fuente: Éxito, un libro sobre el rechazo editorial; de Iñigo García Ureta
Me se de un gordo con unos dragones que a sus lectores nos lleva por el camino de la amargura también…
Dios quiera que acabe lo que ha comenzado… Seguirá escribiendo mientras le quede un protagonista por matar :)
Imagino que no será el único escritor que escribió un único libro en su vida y que encima fuera un bombazo, ¿no?
Con tu permiso, Manuel, voy a divagar brevemente y voy a hacer un poco de spam para aquellos viejos rosaventeros… Leyendo la entrada me he acordado de los famosos mitos o leyendas urbanas de "El guardián sobre el centeno". Y he recordado que hace poco he odio a Carlos Canales o Jesús Callejo (creo que era este último) hablar sobre el tema en el nuevo programa en el que colaboran. El programa se llama "la escóbula de la brújula". Creo que se emite en una radio local de Madrid, pero todos los programas están en su página web. Oyéndolos se echa de menos al maestro, pero es un placer escucharlos.
Saludos y disculpas por el spam, la divagación y el offtopic (que anglosajona yo!!),
Vidia.
No conocía esa nueva aventura de parte de las "Cs" de la época dorada de La Rosa de los Vientos, buscaré por Internet.
El caso de Salinger, el de El guardián entre el centeno, no es tanto un bloqueo de escritor sino una obsesión por salir de los focos y dejar el mundo. Pero sí, con un libro llegó al techo, es cierto.
Gracias una vez más, Vidia.
Búscalo, seguro que te gusta. Obviamente no es la rosa de los vientos de cuando la dirigía el maestro, pero para mí tiene más la esencia de aquel entonces que la rosa actual.
Y con la divagación sobre "el guardián sobre el centeno" me refería a que es un libro que da más que hablar por lo que le rodea que por el libro en si.
Saludos,
Vidia.
Le ecahré un ojo, sí. Gracias :)