Asedio de Ciudad Rodrigo en la Guerra de Independencia |
Yo nací y crecí cerca de la frontera entre España y Portugal, en la provincia de Salamanca, y por lo tanto no me resultan del todo ajeno los pequeños pueblos cercanos a la frontera e incluso su gente, tanto de un lado como del otro. Quizás por esto me ha llamado la atención la opinión de un británico sobre España y Portugal, y sus diferencias, escritas en una carta fechada en Salamanca en mayo de 1813.
Samuel D. Broughton, el autor de la carta, sirvió como ayudante médico en el ejército británico durante la Guerra de Independencia Española, y también estuvo en otras campañas y batallas, como Waterloo. De todos modos, las cartas recogidas en la obra que estoy leyendo van sólo hasta 1814.
Entre otras cuestiones, Broughton escribió en una carta suya fechada en Salamanca en mayo de 1813:
Cuando llegué a la frontera [dejando Portugal], deseé no tener que volver nunca sobre mis pasos. Esta opinión la he oído de manera general a todo aquel que entra en España proviniendo de Portugal. La diferencia en términos generales entre ambos países, así como la apariencia y maneras de los nativos, incluso cerca de sus fronteras, es mucho más sorprendente de lo que uno puede imaginar.
Las carreteras, las casas, y en general todas las cuestiones de cada país difieren enormemente, con una clara ventaja a favor de España. Los habitantes de esta última son mucho más limpios, van mejor vestidos, más pulcros, son más trabajadores y muestran mayores dotes de civilización en sus asuntos domésticos.
Uno de los puntos dignos de mención, nada más llegar a la primera localidad pasada la frontera, es la diferencia entre el pan portugués y el español. El de los primeros es abominable y el de los segundos es mucho mejor.
Continúa el británico hablando bien de los españoles a costa de los portugueses, comentando que las construcciones son mejores y más bonitas, sin bichos y con más jardines. Dice que a pesar de ser pobres, aquellos hombres de campo de España afrontan la vida con más energía y sin el pesimismo portugués. Broughton también habla de las carreteras, que son mejores y más anchas y menciona Ciudad Rodrigo como la primera localidad importante a la que llegaron, para que acaben de situar por dónde andaba.
Por último acaba diciendo que los portugueses son mucho más amables con los británicos que los españoles, por lo que él prefiere a los lusos que a los hombres de aquel país en el que acaba de entrar para luchar contra las tropas napoleónicas. Esto último casi da más valor a los halagos anteriores, desde mi punto de vista.
Fuente: Letters from Portugal, Spain and France (1812-1814), de Samuel D. Broughton
Yo he estado en varias ciudades de Portugal y mi sensación en su día fue de desaliento. Me dio la impresión de que en general todo estaba peor cuidado y con menos recursos…, pero aquello fue solo una impresión…, a lo mejor a día de hoy la cosa ha cambiado…, estoy hablando de hace más de 10 años.
Dik, supongo que hoy en día, con la crisis que están pasando no es el mejor momento para ellos. De todos modos he de confesar que yo tengo simpatía por ese país.
Saludos.
Pese a que han pasado 200 años, mi opinión no difiere mucho de la del inglés. En los últimos anos he estado en Portugal cinco veces, de trabajo, de trabajo y de vacaciones, y aunque visualmente pueda parecer que tiene peor aspecto que España, su gente es muy agradable y cordial. En general es un país acogedor y que invita a volver, yo lo haré sin duda.
Mi comentario no tiene que ver directamente con la entrada pero sí está relacionado. Tengo entendido que Wellington ordenó bombardear la industria textil de Béjar porque le hacía la competencia a la industria inglesa. ¿Es cierto, no? En ese caso, se entiende, y mucho, que la población española no fuera muy amable con los 'aliados' británicos. Saludos.
Majobusa, gracias por tu opinión. Justo esta mañana también he estado oyendo a un hombre hablar maravillas de la hospitalidad portugesa.
Manuel, sí, parece que es cierto que bombardeó algunas fábricas para debilitar la industria textil de aquella zona. Hay que tener claro que los británicos no eran amigos nuestros, eran enemigos de Napoelón, básicamente.
Saludos.
yo tengo familia en Portugal y lo que puedo decir es que son unos llorones y siempre estan pidiendo y haciendose los pobreciños
Este verano visité Lisboa y me dejó asombrada la amabilidad de los portugueses. Es el único lugar que he visitado donde despliegas un mapa y son los lugareños los que se acercan a ti para preguntarte si pueden ayudarte. Y no sé estoy hablando de un hecho aislado, nos ocurrió en varias ocasiones, la primera de ellas, nada mas llegar.
Beatriz