F. Scott Fitzgerald |
Hace poco leía un artículo, no recuerdo dónde, sobre los títulos de los libros, su importancia y cuántas ventas se ganan o se pierden por el título. Además del título yo diría que la imagen de la portada es el otro aspecto que, a puerta fría, pueden suponen una atracción o una barrera para el lector. Y hace un rato, leyendo sobre F. Scott Fitzgerald y su El gran Gatsby, tan de actualidad por la nueva versión cinematográfica, he sabido que el título tuvo sus más y sus menos y que, en este caso, el editor se llevó el gato al agua.
Scott Fitzgerald había pensado titular su obra en un primer momento como Trimalción en West Egg, una frase tan refinada y culta que a juicio del editor supondría más barrera que atracción. Aceptando la sugerencia de cambio en torno a su título, lo cambió por The High-Bouncing Lover, aunque tampoco fue la versión final, como bien sabemos. Tras él si llegó a The great Gatsby, pero no quedó el autor del todo convencido.
Poco antes de que el libro fuera finalmente impreso, y por lo tanto en una de las últimas oportunidades para cambiarlo, Scott Fitzgerald envió un telegrama a su editor sugiriéndole cambiar finalmente el título por Under the red, white and blue. Sabía que aquello podía suponer algún retraso en la puesta en venta del libro y le preguntó por las posibles consecuencias del cambio y el retraso. La respuesta del editor fue clara y concisa, una única palabra: Fatales.
Y así vio la luz en 1925 El gran Gatsby.
Fuente: Vidas secretas de grandes escritores, de Robert Schnakenberg