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Placa en el lugar de la Masacre de Fetterman |
William J. Fetterman fue un oficial del ejército de la Unión en los tiempos de la Guerra Civil Americana y también peleó contra los indios. Y es durante este segundo conflicto cuando abrió la boca para quedar en evidencia.
Allá por 1866 tenía como tarea la protección, junto con su tropa, de los inmigrantes que iban en busca de oro a Montana. Y entonces tuvo el valor de decir que con ochenta soldados podría dominar a la nación Sioux. Poco después de pronunciar aquella frase la historia le ofreció una oportunidad. Un grupo considerable de guerreros indios, entre los que había Cheyenne y Sioux, y personajes como Caballo Loco y Nube Roja, atacaron un tren cerca del fuerte en el que servían Fetterman y sus hombres. Este tomó el mando y salió a combatir a los indios. Su fuerza se componía de dos oficiales, cuarenta y nueve hombres de infantería, veintisiete hombres de caballería y dos exploradores. Si suman ustedes, curiosamente, tendrán ochenta hombres, justo los que había pedido Fetterman para someter a toda la nación Sioux.
Tenía orden de no alejarse demasiado de su fuerte, pero la incumplió y persiguiendo a los indios acabó en una emboscada. Unos dos mil guerreros acabaron en un momento con Fetterman y sus ochenta hombres. Aquel combate se conoce como la Masacre de Fetterman.
Convendrán ustedes conmigo que cuando Fetterman dijo aquello de los ochenta hombres, perdió una magnífica ocasión para quedarse callado.
Desde luego, el bravucón se merecía la lección; no así sus hombres, que no tenían la culpa de estar a las órdenes de un imbécil.
Maireen, estoy de acuerdo. Como decía, perdió una buena oportunidad para permanecer callado.
Saludos.
¡Bueno! Perdió una oportunidad de quedarse callado pero nosotros ganamos una curistoria.
La verdad, creo que salimos ganando.
Hluot, visto así… 🙂