Cervantes, Miguel de Cervantes Saavedra, vino al mundo tal día como hoy del año 1547. Un lector de Curistoria, Rafael Hernampérez Martín, que ya nos ha levantado alguna liebre más en el blog, me ha hecho llegar un par de curiosidades sobre el manco de Lepanto y le doy las gracias, de nuevo. Pero pensando un momento en El Quijote a raíz de esas entradas, me ha venido a la cabeza El Quijote de Avellaneda y he optado por narrarles la historia de este Quijote apócrifo.
Bajo el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, se esconde el autor del segundo tomo del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Se publicó en 1614, nueve años después de que Cervantes publicará la primera parte del original, y de ahí lo de «segundo tomo». No se conoce quién se oculta detrás del nombre de Avellaneda, aunque según cuenta en la edición, es natural de la villa de Tordesillas. Por supuesto, hay multitud de candidatos y estudios al respecto. Esta imitación de El Quijote es la más famosa de todas, ya que un año después, cuando Cervantes publicó la segunda parte real, mencionó a Avellaneda.
La obra cervantina tuvo un notable éxito en su momento, y parece que el de Avellaneda también, ya que hubo una reedición del volumen en el mismo año 1614. En él se continúan las salidas del hidalgo desfacedor de entuertos en busca de aventuras y podríamos tomarlo como un homenaje a El Quijote. Pero en la introducción, Avellaneda arremete contra Cervantes y lo insulta directamente, lo que también ha dado para mil conjeturas y explicaciones. Lo que sí parece claro es que Avellaneda no era muy partidario de Cervantes como persona.
Por cierto, la entrada de hoy arranca en el aniversario del nacimiento de Cervantes, pero ya les comenté en otra ocasión un aspecto sobre la fecha de su muerte: Cervantes y Shakespeare murieron en la misma fecha, pero en diferente día.
Cervantes se había sentido muy dolido y fastidiado por este Quijote apócrifo y no dudó en aludir a él en varios capítulos de su segunda parte. Pero deberemos siempre agradecer también que tanta ofensa le causó Avellaneda que le obligó a terminar su propia segunda parte de "El Quijote".
Mil saludos, Vitike.
Mira, mira… no hay mal que por bien no venga :)
Gracias por el comentario.
jajaja