Sevillano y torero, Agustín Aroca Castillo por nombre, nacido cuando casi le faltaba un cuarto al siglo XVIII para morir. Toreó lo que pudo y como se pudo, a pesar de todo, durante la invasión del francés y quizás por esto, o quizás solamente por ser español y verse invadido, odió a los venidos del otro lado del Pirineo.
En 1808, hizo el siguiente brindis: “Zeñó corregior, brindo por uzía, por toa la gente e Madrí y porque no quee vivo ni un francés”. Escrito sea esto como si fuera dicho por un tipo de la tierra del toreo, para que se hagan ustedes mejor idea de aquello. Este brindis le costó en un primer término la prohibición para volver a lidiar en Madrid y en segundo término, unido a más cuestiones, la muerte por fusilamiento a manos del francés en Toledo, poco después. Desde luego, cada uno lucha y pide como puede.
Fuente: Mano a mano, figuras del toreo
Amigo, en mi blog dejo un premio para ti.
Un saludo.