Escribía hace apenas unos minutos para otra web (www.vivirenlahistoria.com) una entrada sobre el sueldo de un fontanero durante las obras de construcción de El Escorial. Este hombre se llevó una suma importante por su trabajo, cuestión que también ocurre actualmente en algunos casos en este oficio. Decía, para concluir, que no han cambiado tanto las cosas después de casi cinco siglos.
Y lo suscribo de nuevo. En este caso, además, con una diferencia de casi 2.000 años. Según parece, los principales problemas para los habitantes de Roma en su esplendor, eran los siguientes:
- El tráfico.
- El ruido y el caos en las calles.
- El tiempo a emplear en los desplazamientos.
- La suciedad de la ciudad.
- La crisis de la vivienda, con unos precios prohibitivos.
- Los derrumbes y la falta de seguridad en los edificios.
- La inmigración.
- La inseguridad nocturna.
Amigos, como decía, el mundo da vueltas y vueltas pero hay cosas que no cambian. Bien pensado, por eso son vueltas, porque al completarla estás otra vez en el punto de partida.
Fuente: Un día en la antigua Roma de Alberto Angela
Foto de Jaymce
El eterno retorno. Suerte.
Gracias Basurero por el comentario. Y suerte :)
No sé si estamos realmente avanzando… Miedo me da… que nos lo recuerdes.
Saludos.
Supongo que hay cosas que son atemporales y para no sorprenderse por ello hay que fijarse más en los pros y los contras que genera una gran urbe, independientemente del tiempo y lugar que ocupen.
Si, hay cosas que no cambian. La misma sensación tuve leyendo "Memorias de Adriano" de Marguerite Yourcenar.
Negrevernis, algo avanzaremos hombre, yo estoy convenido. Por ejemplo, esos ojos de tu avatar tendrán una vida más fácil y serán así de bonitos e infantiles mucho más tiempo. Eso es una avance.
Chus, yo cada día veo más contras. ¿El pro? Que hay más gente y por estadística más gente interesante.
Aurelio, unas no cambian, otras sí. A peor en ocasiones, lamentablemente.
Saludos.