La Guerra Anglo-Estadounidense de 1812, o Anglo-Americana, o sencillamente la Guerra de 1812 para los implicados, es decir, para Estados Unidos, Reino Unido y las colonias canadienses de estos, comenzó en 1812 (¿quién lo hubiera dicho?) y finalizó en 1815. El conflicto tuvo una importante faceta marina en la que la Royal Navy británica fue dominante. Una de las razones de esta contienda estuvo precisamente del mar, motivada por el embargo que los británicos efectuaban contra Francia y que afectaba colateralmente a EEUU, ya que aquellos interferían en el tráfico marino de estos con los franceses. EEUU trató durante mucho tiempo de hacer a los británicos rectificar y evitar así los problemas. Viendo que las órdenes en Inglaterra no cambiaban y que seguía interviniéndose el tráfico marítimo, los EEUU declararon la guerra el 18 de Junio de aquel año.
Dos días antes, el 16 de Junio, los británicos habían revocado las órdenes tal y como pedían los EEUU, pero a comienzos del siglo XIX las comunicaciones no eran tan ágiles como era de desear. El presidente americano de entonces, James Madison, aseguró más tarde que si hubiera sabido la decisión británica en el momento en que se produjo, no habría declarado la guerra. Pero espérense ustedes, que aquí no acaba esta Curistoria.
La orden tardó varios meses en ser conocida en Washington, entre otras cosas, porque ya había en marcha una guerra abierta. En ella, la batalla más famosa fue la de Nueva Orleans, en la que los británicos fueron derrotados por el General Andrew Jackson, que más tarde sería presidente de EEUU. Esto ocurrió el 8 de Enero de 1815.
Dos semanas antes, el 24 de Diciembre de 1814, se había alcanzado el tratado de Ghent, que ponía fin a la guerra, pero esto ocurrió en Europa. Una vez más las comunicaciones hicieron que esta guerra causara muertes y lucha cuando ya no era necesario.
¡Cuánto bien hubiera hecho un teléfono o algo similar a estos países en aquel momento! Para que se hagan una idea: más de dos años de guerra, más de cuatro meses de negociación para firmar el tratado de Ghent que ponía fin a la misma, cinco semanas para llevar los documento del tratado desde Europa hasta EEUU y un día más para que fuera ratificado y la guerra finalizada. No lo olvidemos, una guerra que no tendría que haber empezado en ningún momento.