
En la primavera de 1945, cuando el nazismo boqueaba y los aliados avanzaban por territorio alemán, los más fervientes convencidos del régimen pensaron en operar como un werwolf, es decir, un hombre lobo (traducido del alemán). Bajo ese nombre se agrupaba algo similar a una guerrilla lanzada desde la SS con la intención de crear la última línea de resistencia. Una línea de resistencia formada por puntos dispersos y casi individuales.
Werwolf da también lugar a un juego de palabras con wehrwolf, que sería un lobo de defensa. Su emblema es el que pueden ver en la imagen anterior. Está inspirado en el wolfsangel, un símbolo heráldico alemán que proviene de una trampa para cazar lobos que tenía una pieza de metal con esa forma. En ella se enganchaba un trozo de carne y el animal, al morderla, quedaba atrapado como les ocurre a los peces con los anzuelos de pesca.
Werwolf, el intento de los nazis de crear una guerrilla una vez perdida la guerra, no consiguió mucho a su favor pero provocó que los aliados no confiaran en los alemanes
El 23 de marzo Goebbels había lanzado una de las proclamas ya desesperadas que pedía a todos los alemanes que resistieran y lucharan hasta la muerte. El rumor de que llegarían unas armas milagrosas que cambiarían el devenir de la guerra sostenía la moral de algunos. Demasiados, porque lamentablemente esa última oposición fanática lo que provocó fueron más muertes.
A primeros de abril incluso se lanzó una emisora de radio, Radio Werwolf, con esa idea como leitmotiv. También un periódico. Todo fue un espejismo inútil que hizo sospechar a las tropas aliadas de cualquier alemán, por una parte; y que hizo a alguno combatir cuando ya estaba todo perdido. Estos lobos solitarios se tomaron también la justicia por su mano cuando acusaron a algún compatriota de colaboracionista.
Los werwölfe no estaban integrados formalmente dentro de ninguna entidad, aunque se pretendía que estuvieran bajo del control de las SS. En realidad era una guerrilla desorganizada, pero Hans-Adolf Prützmann, un destacado miembro de las SS era su responsable sobre el papel. Miembro del partido nazi desde 1930, había formado parte del Reichstag, el parlamento, y fue responsable de varias regiones rusas dentro de las SS.
Sin conseguir nada relevante en su última responsabilidad al frente de la resistencia de la que estamos hablando, fue capturado el 21 de mayo de 1945 por el ejército británico y, al ser identificado, mordió una cápsula de cianuro y se suicidó. Lo mismo haría Himmler, por cierto, dos días después.
Los miembros de las Juventudes Hitlerianas tuvieron en esta organización una esperanza, pero no se materializó en nada relevante
Volviendo a los werwölfe, esta supuesta guerrilla, que se movía entre el sabotaje y el terrorismo, sirvió más como elemento de propaganda para los nazis que como grupo de acción real. Eso sí, se la atribuye el asesinato de Franz Oppenhoff, el alcalde de Aquisgrán, la ciudad más occidental de Alemania, que había sido designado por los estadounidenses. Esto ocurrió el 25 de marzo de 1945.
Como preparación para la lucha sobre el terreno, una vez que los aliados se hicieran con Alemania, los miembros de la organización escondieron armas y explosivos en distintos lugares. La mayoría de ese material acabó siendo descubierto o quedó olvidado en los escondites. Hay que comprender que tras cinco años de guerra y después de enviar al frente a la mayoría de los hombres en edad de combatir, esta resistencia tenía a jóvenes, casi niños, como una fuente de efectivos.
Las Juventudes Hitlerianas eran el caladero. Chavales que habían crecido en un entorno donde su única referencia era el nazismo, veían su mundo descomponerse y se resistían a ello. Ese convencimiento no servía de mucho sin mandos formados militarmente y sin recursos.
En definitiva, esta guerra de guerrillas nunca llegó a materializarse como algo realmente importante, aunque sí creó cierta paranoia entre los aliados. Hasta que se comprobó el alcance, no se podían fiar del todo de ningún alemán. Podría ser lo que en el terrorismo actual llamamos un lobo solitario o una célula durmiente.
