Erik «El Belga» y el retablo de Oberwezel

Erik “El Belga” es uno de los ladrones y falsificadores de arte más famosos y que asoló España, especialmente pequeños pueblos de Castilla y León, durante mucho tiempo. Pero también hizo trabajos más grandes y arriesgados. Vuelve a la actualidad porque en estos días publica su autobiografía en la editorial Planeta, y la titula “Por amor al arte” y creo que bien merece una lectura, ya que la vida de este tipo, aún cuando podamos suponer cierto maquillaje al ser una autobiografía, es una aventura y conoce de primera mano el mundo del arte robado, algo apasionante.

Para que se hagan una idea de las cuestiones en las que ha ocupado este hombre su vida de delincuente, voy a narrarles qué ocurrió cuando robó el retablo de la catedral de Oberwezel, en Alemania. No tuvo aquella vez la suerte que le acompañó tantas otras veces por España y acabó en prisión. Les comentaba que no sólo robaba arte, sino que era un experto en el tema y un gran falsificador. Mientras estuvo en la cárcel por el tema del retablo, “El Belga” hizo diecisiete copias de “El grito” de Munch, por cierto, una de las obras robadas en los últimos años con mayor repercusión.

Finalmente nuestro delincuente negoció con el gobierno alemán su salida de la cárcel, comprometiéndose a localizar el propio retablo que él había robado y devolverlo a su propietario legítimo. Así lo hizo y salió de la cárcel. Pero once años después se descubrió que lo que había entregado “El Belga” era una copia del retablo hecha por él mismo, una vez más, había engañado a todos. Según parece, actualmente todos los delitos han prescrito y Erik puede vivir de sus pinturas y de asesorar gracias a sus conocimientos artísticos

Fuente: La razón.es

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